Adoptada por la 35ª Asamblea Médica Mundial, Venecia, Italia, octubre 1983 y revisada en su redacción por la 170ª Sesión del Consejo, Divonne-les-Bains, Francia, mayo 2005
y revisada por la 68ª Asamblea General de la AMM, Chicago, Estados Unidos, octubre 2017

 

1. El boxeo es un deporte peligroso. A diferencia de la mayoría de otros deportes, su intención básica es producir daño en el cuerpo con golpes en la cabeza específicamente. El principal argumento médico contra el boxeo es el riesgo de una encefalopatía traumática crónica (ETC), también conocida como  lesión cerebral traumática crónica (CTBI) y demencia pugilística o “síndrome del puñetazo”. Otras lesiones causadas  por el boxeo pueden provocar ceguera, pérdida auditiva y fracturas. Los estudios demuestran que el boxeo está asociado con lesiones devastadoras a corto plazo y daño neurológico crónico para los participantes a largo plazo.

2. En las últimas décadas los organismos médicos nacionales han organizado activas campañas para abolir todas las formas de boxeo. Si no existe esta prohibición, una serie de tragedias en el boxeo a nivel mundial han ejercido presión en diversos organismos reguladores de deportes para adoptar una variedad de reglas y normas destinadas a aumentar la seguridad de los boxeadores.

3. A pesar de la regulación del boxeo en diversos países, todavía se producen lesiones y muertes por traumatismos craneales relacionados con el boxeo, lo que demuestra que la regulación no proporciona una protección adecuada a los participantes.

4. Además del boxeo regular, todavía existen competiciones de boxeo no supervisadas ni controladas (combates a puño limpio o “peleas callejeras”) en muchos lugares del mundo.  Este boxeo subterráneo pone en riesgo las vidas y la salud de una gran cantidad de personas que participan en estas peleas.

5. Las preocupaciones de salud y seguridad en el boxeo se extienden a otros deportes profesionales en los que el boxeo es un elemento, como las artes marciales mixtas (MMA), el kickboxing, etc. Por esta razón, las recomendaciones de esta declaración también se deben aplicar a estos deportes también.

6. La AMM considera que el boxeo es cualitativamente diferente de otros deportes por las heridas que produce y debe ser prohibido.

7. Hasta que se logre una prohibición total, la AMM insta a implementar las siguientes medidas:

7.1 El boxeo debe estar regulado y todos los boxeadores deben tener una licencia. Se debe proporcionar información escrita sobre los riesgos del boxeo a los boxeadores.

7.2 No se debe permitir que ningún niño (según la definicion específica del país) participe en boxeo.

7.3 Se debe crear un registro para todos los boxeadores profesionales y aficionados, incluidos los oponentes en entrenamientos de combate en cada país donde está permitido el boxeo. El registro debe llevar una relación de los resultados de todos los encuentros, incluidos los knockouts técnicos, knockouts y otras lesiones producidas en los boxeadores. Todos los boxeadores deben tener un seguimiento de por lo menos 20 años para documentar los resultados a largo plazo

7.4 Todos los boxeadores deben someterse a un examen medico básico que incluya una evaluación neurológica, con imagines del cerebro, al comienzo de sus carreras. También se deben realizar evaluaciones médicas y neurológicas antes y después de cada evento. Los que no aprueben el examen deben ser informados al registro nacional y no se les debe permitir participar en futuros combates

7.5 Las recomendaciones sobre el equipo de protección personal (como el tamaño y el peso de los guantes, cascos y protectores bucales) deben considerar las recomendaciones  médicas.

7.6 El médico que ejerce su profesión en un combate de boxeo tiene la responsabilidad profesional de proteger la salud y seguridad de los boxeadores. Para esto, el médico debe recibir una formación especializada en evaluación del atleta, en especial las lesiones cerebrales traumáticas. La oninión del facultativo  debe estar basada sólo en consideraciones médicas y se le debe permitir detener cualquier combate en curso para examinar a un boxeador y terminarlo si éste puede resultar con lesiones graves, según la opinión del médico.

7.7 Se desaconseja el financiamiento y el auspicio del boxeo y la transmisión televisiva de eventos de boxeo debe tener una restricción de edad y debe incluir una advertencia sobre los riesgos del boxeo.

Adoptada por la 45ª Asamblea Médica Mundial, Budapest, Hungría, octubre 1993
y revisada en su redacción por la 170ª Sesión del Consejo, Divonne-les-Bains, Francia, mayo 2005
y revisada por la 67ª Asamblea General de la AMM, Taipei, Taiwán, octubre 2016. 

 

INTRODUCCION

La Asociación Médica Mundial se une a otros organismos internacionales en condenar la práctica de la mutilación genital de niñas y mujeres y oponerse a la participación de médicos en dichas prácticas.

Para terminar con la mutilación genital femenina (MGF) se requiere cumplir estrictamente las leyes que prohíben esta práctica, la atención médica y psicológica de las mujeres víctimas y la prevención de la MGF a través de la educación, evaluación de riesgos, detección temprana y participación de líderes comunitarios.

La MGF es una práctica común en más de 30 países del mundo, incluidos algunos en Africa, Asia y el Medio Oriente. La frase MGF es utilizada para expresar diferentes formas de cirugía, mutilación o corte de los genitales femeninos externos. El término circuncisión femenina ya no se usa porque sugiere una equivalencia con la circuncisión masculina, lo que es impreciso y contraproducente. La mayoría de las niñas son sometidas a MGF entre los 7 y 10 años. No hay necesidad médica para estos cortes que a menudo son realizados por personas no cualificadas en condiciones antihigiénicas.

La MGF de cualquier tipo es una violación de los derechos humanos de las niñas y mujeres, ya que es un procedimiento peligroso realizado en una niña que no puede dar un consentimiento válido. Debido a la migración, un creciente número de niñas que viven fuera de países donde la práctica es común se ven afectadas.

El respeto de las normas sociales de los inmigrantes crea cada vez más problemas a los médicos y la comunidad en general.

La MGF es un asunto preocupante para los médicos, por las consecuencias para la salud física y mental de mujeres y niñas y porque es una violación de los derechos humanos. Los médicos de todo el planeta enfrentan los efectos de esta práctica tradicional. Se les puede pedir realizar esta intervención mutiladora o restaurar los efectos de «cirugía» mutiladora en mujeres después que el parto ha reabierto el introito.

Existen varios tipos de MGF, clasificados por la OMS[1] . Puede ser un procedimiento primario para niñas de corta edad, por lo general entre 5 y 12 años, o uno secundario, por ejemplo después de dar a luz. El alcance del procedimiento primario puede variar: de una incisión en la superficie del clítoris a una infibulación faraónica de mutilación máxima, extirpación del clítoris y de los labios menores y cosido de los labios mayores, de manera que quede sólo una apertura mínima para permitir el paso de la orina y la sangre menstrual. La mayoría de los procedimientos están entre estos dos extremos.

Aunque el término circuncisión femenina ya no se utiliza es útil, familiar y fácil en el contexto de las consultas médico/paciente en algunos casos.

La MGF no tiene beneficios para la salud y causa daño a las niñas y mujeres, sin consideración del procedimiento realizado. La investigaciones demuestra el grave daño permanente a la salud. Entre otros  se cuentan: hemorragias, infecciones, retención urinaria, heridas de los órganos adyacentes, shock y dolores muy fuertes. Las complicaciones a largo plazo incluyen cicatrices grandes, infecciones crónicas de la vejiga y el tracto urinario, complicaciones urológicas y obstétricas y problemas psicológicos y sociales. La MGF tiene graves consecuencias para la sexualidad y su práctica, incluida la pérdida de la capacidad para tener orgasmos. Hay muchas complicaciones  durante el parto, incluidos problemas de expulsión, formación de fístulas, desgarros traumáticos del tejido vulvar.

Hay varias razones para la continuación de la práctica de la MGF: costumbres, tradiciones de la comunidad (conservar la virginidad de las jóvenes, limitar la expresión sexual de las mujeres) y como parte del paso de la niña a convertirse en mujer. Estas razones no justifican los importantes daños a la salud física y mental.

Ninguna de las principales religiones favorece esta práctica, que con frecuencia es relacionada erróneamente con creencias religiosas. La MGF es una forma de violencia que por lo general se ejerce sobre las jóvenes y niñas y representa una falta de respeto de su individualidad, libertad y autonomía.

Los médicos se pueden ver enfrentados a padres que buscan  a un médico  para realizar una MGF o pueden saber de padres que tratan de llevar a las niñas a lugares donde la práctica está disponible. Deben estar preparados para intervenir y proteger a las niñas.

Las asociaciones médicas deben preparar pautas de orientación sobre cómo gestionar estas solicitudes, las que pueden incluir el uso de la legislación local que protege a los niños del peligro, incluso la participación de la policía y otros organismos.

Cuando las pacientes que han tenido una MGF dan a luz, los médicos pueden recibir solicitudes para restaurar los resultados de la MGF. Deben tener seguridad para gestionar estas solicitudes y ser apoyados con material educacional apropiado, a fin de que puedan analizar con la paciente la opción médicamente aprobada para reparar el daño producido por la MGF y por el parto. Los médicos también tienen la responsabilidad de tener una entrevista con el esposo de la paciente, con su consentimiento, que podría buscar de otra manera la “restauración” de la MGF, si no se le ofrece una explicación completa del daño que produce la MGF.

Existe una creciente tendencia a que los médicos y otros profesionales de la salud realicen en algunos países MGF por un deseo de disminuir los riesgos implicados. Algunos profesionales pueden considerar que la medicalización del procedimiento es un paso hacia su erradicación. La realización de una MGF es una violación de la ética médica y los derechos humanos y la participación de médicos puede darle cierta credibilidad. En la mayoría de los países que llevan a cabo este procedimiento es una infracción de la ley.

Los gobiernos de muchos países han aprobado legislaciones como la prohibición de la MGF en sus códigos penales.

RECOMENDACIONES

1. Tomando en cuenta las necesidades psicológicas y la «identidad cultural» de las personas en cuestión, los médicos deben explicar los peligros y consecuencias de la MGF y disuadir su práctica o promoción. Los médicos deben incorporar en sus trabajos la promoción de la salud de la mujer y difusión contra la MGF.

2. Los médicos deben ayudar a informar a los profesionales de la salud y trabajar con los líderes comunitarios, culturales y sociales locales para dar a conocer las consecuencias adversas de la MGF. Deben apoyar a las personas que quieren terminar con la MGF y la creación de programas comunitarios para prohibir la práctica, ofrecer información médica de sus efectos dañinos cuando sea necesario.

3. Existen campañas activas contra la MGF dirigidas por mujeres líderes y jefes de Estado en Africa y otros lugares. Estas campañas condenan fuertemente esta práctica.

4. Los médicos deben trabajar con estos grupos y otras personas que ayudan a las embarazadas, incluidas las matronas, enfermeras y asistentes de partos tradicionales, para asegurarse que todos los profesionales tengan información estandarizada y sensible sobre la MGF.

5. Los médicos deben cooperar con cualquier estrategia legal preventiva cuando una niña corre el riesgo de ser sometida a una MGF.

6. Las asociaciones médicas nacionales deben estimular la conciencia pública y profesional sobre los efectos perjudiciales de la MGF.

7. Las asociaciones médicas nacionales deben asegurar que la información y sensibilización sobre la MGF sean parte de su promoción para prevenir la violencia contra las mujeres y las niñas.

8. Las asociaciones médicas nacionales deben trabajar con los líderes de opinión,  instarlos a ser abogados activos contra la MGF.

9. Las asociaciones médicas nacionales deben estimular la acción gubernamental para evitar la práctica de la MGF. Esto debe incluir programas de defensa sostenidos y la inclusión de legislación que prohíba la MGF.

10. Las AMNs deben prohibir la participación de los médicos en la práctica de la MGF, incluida la reinfibulación después del parto. Se debe instar a los médicos a realizar cirugía reconstructiva en las mujeres que han sufrido una MGF. Los médicos deben tratar de asegurar la prestación de atención médica y psicológica adecuada ( y no prejuiciosa) para las mujeres que han sido víctimas de una MGF.

11. Los médicos deben ser conscientes del riesgo de que una MGF podría ser una justificación para invalidar  la confidencialidad del paciente  y permitir  su divulgación a servicios sociales y otros pertinentes, a fin de proteger a la niña de un grave daño.


[1] La MGF puede ser clasificada en cuatro tipos: clitoridectomía, excisión, infibulación y otros procedimientos peligrosos como pinchazo, perforación, incisión, raspado y cauterización de la zona genital

Adoptada por la 44ª Asamblea Médica Mundial Marbella, España, Septiembre de 1992 y revisada en su redacción por la 170a Sesión del Consejo Divonne-les-Bains, Francia, Mayo 2005
y reafirmada por la 200ª Sesión del Consejo de la AMM, Oslo, Noruega, Abril 2015

y cancelada y archivada por la 70ª Asamblea General de la AMM, Tiflis, octubre 2019

*Este documento ha sido reemplazado por la “Declaración de la AMM sobre la Eutanasia y el Suicidio con Ayuda Médica” (2019)  que se volvió a redactar completamente.

El suicidio con ayuda médica, como la eutanasia, es contrario a la ética y debe ser condenado por la profesión médica. Cuando el médico ayuda intencional y deliberadamente a la persona a poner fin a su vida, entonces el médico actúa contra la ética. Sin embargo, el derecho de rechazar tratamiento médico es un derecho básico del paciente y el médico actúa éticamente, incluso si al respetar ese deseo el paciente muere.

Adoptada por la 54a Asamblea General de la AMM, Helsinki, Septiembre 2003
Reafirmada por la 194ª Sesión del Consejo, Bali, Indonesia, Abril 2013 y
Reafirmada con una revisión menor por el 224º Consejo de la AMM, Kigali, Ruanda, octubre 2023

INTRODUCCION

La voluntad anticipada es un documento escrito y firmado o una declaración verbal ante testigos, en el cual una persona expresa sus deseos con respecto a la atención médica que quiere o no quiere recibir si queda inconsciente o si no puede expresar su voluntad.

Este tipo de documento se conoce con distintos nombres en diversos países (por ejemplo, testamento vital o testamento biológico). La aceptabilidad y el estatuto jurídico de estas directivas varía según el país, dependiendo de factores sociales, culturales, religiosos y otros.

La mayoría de las personas que preparan estas directivas temen particularmente las intervenciones terapéuticas excesivas, ineficaces o largas en las fases terminales de la vida, en caso de degeneración física o mental que sea clara e irreversible.

La Declaración de Lisboa de la AMM sobre los Derechos del Paciente estipula que si el paciente está inconsciente y «si no se dispone de un representante legal, pero se necesita urgente una intervención médica, se debe suponer el consentimiento del paciente, a menos que sea obvio y no quede la menor duda, en base a lo expresado previamente por el paciente o por convicción anterior, que éste rechazaría la intervención en esta situación.»

 

RECOMENDACIONES

  1. Se debe respetar la voluntad anticipada debidamente registrada, a menos que exista una base razonable para suponer que no es válida porque ya no representa los deseos del paciente o porque la comprensión del paciente no era cabal al momento de preparar la directiva. Si la voluntad anticipada es contraria a las convicciones del médico se debe prever el traspaso de la atención del paciente a otro médico que lo acepte.
  2. Si el médico no está seguro de la validez de una voluntad anticipada para terminar un tratamiento que prolongue la vida, debe pedir la opinión de la familia o del representante legal del paciente en cuestión y debe pedir al menos la opinión de otro colega o del comité de ética correspondiente. La familia o el representante legal deben estar especificados en la voluntad anticipada, ser de confianza y estar dispuestos a atestiguar sobre las intenciones expresadas en la voluntad anticipada por el firmante. El médico debe tomar en cuenta toda legislación pertinente sobre el reemplazo de la toma de decisiones para los pacientes que no sean competentes.
  3. Se debe educar a los pacientes y a sus familiares sobre la posibilidad de tener testamentos vitales y aconsejar la revisión periódica de su voluntad anticipada.
  4. Si no existe una voluntad anticipada o un reemplazante que tome una decisión, designado legalmente, el médico debe aplicar el tratamiento que considere sea mejor para el paciente.
  5. Se alienta a los miembros constituyentes de países que no cuentan con marcos legales y protocolos hospitalarios adecuadamente desarrollados para voluntad anticipada, a trabajar con las autoridades pertinentes para desarrollar tales marcos, integrar estos cambios en los planes de estudios médicos y en la educación pública, así como promover la conciencia entre los médicos en ejercicio a través de programas de desarrollo profesional continuo.

 

Adoptada por la 54a Asamblea General de la AMM, Helsinki, Finlandia, septiembre 2003,
Enmendada por la 64ª Asamblea General de la AMM, Fortaleza, Brasil, octubre 2013 y
Reafirmada con una revisión menor por el 224º Consejo de la AMM, Kigali, Ruanda, octubre 2023

 

INTRODUCCION

En los últimos treinta años, las investigaciones forenses sobre el paradero y el destino de las personas asesinadas y desaparecidas como resultado de conflictos armados, otras situaciones de violencia y catástrofes se han convertido en una contribución importante a la acción humanitaria por las víctimas, incluidos los muertos y las desoladas familias, Las investigaciones forenses también han ayudado a obtener justicia y reparación para las víctimas.

En 2003, la Conferencia Internacional sobre los Desaparecidos y sus Familias, organizada por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), adoptó una serie de recomendaciones para ayudar a evitar que la gente desaparezca y resolver los casos de desaparecidos en conflictos armados y otras situaciones de violencia. Las recomendaciones incluyen incluidos los principios éticos, científicos y legales aplicables a las investigaciones forenses para la búsqueda, recuperación, manipulación e identificación de los restos humanos. Estos principios se han vuelto a elaborar en mayor profundidad y sirven como marco para la acción forense humanitaria en situaciones de conflictos armados, otras situaciones de violencia y en catástrofes [1]. Los principios también aseguran la gestión digna y profesional de los muertos [2], adherencia a las prácticas culturales y religiosas, y ayudan a dar respuestas a los deudos.

La AMM y sus miembros constituyentes tienen un rol en la promoción de estos principios y la motivación de su cumplimiento, a fin de asegurar las normas éticas, científicas y legales más altas posibles en las investigaciones forenses destinadas a abordar las consecuencias humanitarias de los conflictos armados, otras situaciones de violencia y catástrofes.

RECOMENDACIONES

  1. La AMM hace un llamamiento a sus miembros constituyentes para que:
    • Llamen la atención de los médicos sobre las normas de buena práctica producidas por el CICR, las Naciones Unidas e Interpol y recomienden o cuando sea posible exijan el cumplimiento de dichas normas.
    • Ayuden a asegurar que cuando sus médicos miembros participen en una investigación forense con fines humanitarios y de derechos humanos, la investigación se realice con un mandato claro y en base a las normas éticas, científicas y legales más altas posibles, conforme a los principios y práctica de la acción forense humanitaria elaborados por el CICR [3] y las Naciones Unidas [4].
    • Adquieran conocimientos respecto de los principios reunidos por las diferentes autoridades de investigación forense para la acción humanitaria, incluidos los elaborados por el CICR y las Naciones Unidas para evitar nuevos casos y resolver los casos existentes de desaparecidos y para ayudar a que sus miembros apliquen estos principios a las investigaciones forenses en todo el mundo.
    • Difundir los principios y apoyar a los médicos que se nieguen a tomar parte en investigaciones que son éticamente o de otra manera inaceptables.
    • Ayuden a asegurar que los médicos forenses cumplan con los principios establecidos en el derecho humanitario internacional para la manipulación digna y profesional de los muertos, incluida la adopción de todas las medidas para asegurar su identificación y el respeto de sus familiares.
  1. La AMM invita a sus miembros constituyentes a ser cuidadosos con las cualificaciones académicas y comprensión ética, y asegurar que los médicos forenses ejerzan con competencia e independencia.

 

[1] El CICR define las catástrofes como desastres más allá de lo esperado. Véase: M. Tidball-Binz, Managing the dead in catastrophes: guiding principles and practical recommendations for first responders. International review of the Red Cross, Vol 89 Number 866 June 2007 p.p. 421-442

[2] La gestión de los muertos (MotD) se refiere a un proceso que tiene diferentes etapas que comienza con la información o informe de la Muerte y finaliza con la entrega del cuerpo a los deudos, entrega de un certificado de defunción y disposición final.

[3] ICRC Guiding Principles for Dignified Management of the Dead in Humanitarian Emergencies and to Prevent them Becoming Missing Persons; Forensic Identification of Human Remains; Management of dead bodies after disasters: A manual for 1st responders; Guidelines for the use of Forensic Genetics in Investigations into Human Rights and International Humanitarian Law Violations

[4] UN Minnesota protocol applicable a la MotD en el context de violaciones de derechos humanos e investigaciones de delitos.

 

Adoptada por la 54a Asamblea General de la AMM, Helsinki, Finlandia, septiembre 2003, reafirmada por la 59a Asamblea General de la AMM, Seúl, Corea, octubre 2008
y revisada por la 70ª Asamblea General de la AMM, Tiflis, Georgia, octubre 2019

 

INTRODUCCION

La violencia se define como “el uso deliberado de fuerza o poderío físico, real o en forma de amenaza, que tenga, o pueda tener como resultado, lesiones, daños psicológicos, un desarrollo deficiente, privaciones o incluso la muerte.”

En realidad, la violencia es multidimensional, tiene múltiples factores determinantes y puede ser física, sexual, psicológica o ejercida con actos de privación o abandono.

La Asociación Médica Mundial (AMM) ha elaborado políticas que condenan las diferentes formas de violencia. Entre ellas hay declaraciones sobre Violencia contra las Mujeres y las Niñas, Violencia Familiar, Maltrato y Abandono del Niño, Maltrato de los Ancianos, Suicidio de Adolescentes, Violencia en el Sector de la Salud de parte de los Pacientes y sus cercanos, Protección del Personal de Salud en Situaciones de Violencia Declaración sobre el Alcohol y la Declaración sobre Conflictos Armados.

La violencia es una manifestación de las condiciones de salud, socioeconómicas, políticas, legales y de seguridad de un país. Ocurre en todas las clases sociales y está muy relacionada con la falta de liderazgo y de gobierno y los determinantes sociales, como el desempleo, pobreza, desigualdad en salud y de género, normas socioculturales y poco acceso a oportunidades educacionales.

A pesar de las disparidades regionales y nacionales en la escala y la carga de violencia, junto con la mala información, es evidente que la violencia tiene consecuencias fatales y no mortales. Esto incluye la devastación de la vida individual, familiar y comunitaria, como también la alteración del desarrollo social, económico y político de las naciones.

La violencia también tiene un impacto en la economía debido a un gasto más alto en salud y administración de parte de los sistemas de justicia penal, aplicación de la ley y bienestar social. También tiene un impacto negativo en la productividad de la nación debido a la pérdida del capital humano y la productividad de la fuerza laboral.

Impacto en la Salud 

Los efectos de la violencia en la salud son variables y pueden ser de duración larga. Las consecuencias para la salud incluyen la discapacidad física, depresión, trastorno post traumático y desafíos en salud mental, embarazos no deseados, abortos e infecciones de transmisión sexual.

Los factores de riesgo de conductas, como el uso de substancias que puede producir un comportamiento violento, también son factores de riesgo para el cáncer y las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.

Las víctimas de la violencia son propensas a tener experiencias traumatizantes, como el abuso físico, sexual y psicológico y no están dispuestas o no quieren revelar o informar sus experiencias a las autoridades apropiadas por vergüenza, tabúes culturales o miedo al estigma social o represalias y la excesiva demora del sistema de justicia para aplicar la justicia.

En instituciones como los establecimientos de salud, la violencia a menudo es interpersonal y puede ejercerse contra los pacientes por el personal de salud o contra éste por los pacientes y sus cuidadores o entre el personal de salud en forma de acoso, intimidación y hostigamiento.

Además, los profesionales de la salud y los establecimientos de salud reciben cada vez más ataques violentos. Esta violencia y agresiones dirigidas a los establecimientos de salud, personal de salud, enfermos y heridos son una violación directa de la ética médica, el derecho humanitario internacional y de los derechos humanos.

Aunque varios países aceptan cada vez más la necesidad de establecer programas de prevención de la violencia en sus respectivas jurisdicciones, el campo de la prevención y la gestión de la violencia todavía presenta muchos desafíos. Estos incluyen la falta de información inadecuada o no existente, inversión inapropiada en programas de prevención de la violencia y servicios de apoyo para las víctimas de la violencia y falta en la aplicación de la legislación existente contra la violencia, incluidas medidas para restringir el acceso al alcohol.

Reconociendo que la violencia sigue siendo un desafío de salud pública importante que es multidimensional y evitable, al afirmar el papel preponderante de los médicos como modelos en la atención y el apoyo a las víctimas de la violencia, la AMM se compromete a actuar contra este flagelo mundial.

 

RECOMENDACIONES

La AMM insta a sus miembros constituyentes a:

  1. Educar y aconsejar a las autoridades políticas y públicas de gobierno a todo nivel con información apropiada y evidencia científica sobre los beneficios de la inversión de más recursos en la prevención de la violencia.
  2. Abogar y apoyar la buena gobernanza en base a la ley, transparencia y responsabilidad.
  3. Realizar y apoyar campañas mediáticas eficaces para informar y sensibilizar al público sobre la carga y las consecuencias de la violencia y la necesidad de evitarla.
  4. Crear conciencia pública sobre las legislaciones, normas y códigos éticos internacionales que exigen la protección del personal de salud y los establecimientos en tiempos de paz y de conflicto.
  5. Abogar y promover la inclusión de cursos sobre violencia y su prevención en los currículos académicos, incluidos en la formación médica de pre y post grado y la educación médica continua (CME).
  6. Considerar la organización de programas de aumento de capacidad y de CME para los médicos en prevención de violencia, atención de víctimas de la violencia, preparación y respuesta a las emergencias y reconocimiento temprano de signos de violencia interpersonal y sexual.

La AMM insta a los gobiernos a:

  1. Trabajar para lograr una tolerancia cero a la violencia, a través de programas de prevención, establecimiento de clínicas de prevención de violencia y apoyo a las víctimas, establecimiento de refugios seguros para la violencia doméstica, aumento de la inversión pública y privada en seguridad pública y el fortalecimiento de las instituciones educativas y de salud.
  2. Fomentar la acción colaborativa en la prevención de la violencia, con prevención integrada de la violencia y apoyo a las víctimas en las instituciones de salud.
  3. Promover la justicia e igualdad sociales a través de la eliminación de las desigualdades que pueden crear las condiciones para la violencia.
  4. Enfocarse en abordar los determinantes sociales de la salud, a través de la creación y mejoramiento de la infraestructura y oportunidades socioeconómicas, educacionales y de salud; la eliminación de actitudes y prácticas culturales adversas y opresivas, como también todas las formas de desigualdad o discriminación en base a género, credo, origen étnico, nacionalidad, afiliación política, raza, orientación sexual, posición social, enfermedad o discapacidad.
  5. Asegurar la promulgación y el cumplimiento de la legislación y las políticas sobre prevención de violencia, protección y apoyo de las víctimas de la violencia y castigo de los infractores.
  6. Reforzar de las instituciones encargadas de la seguridad pública.
  7. Elaborar políticas y hacer cumplir las legislaciones que regulan el acceso al alcohol.
  8. Crear e implementar marcos legales eficaces que protejan a las personas e instituciones que prestan atención médica. Estos marcos deben garantizar la protección de los médicos y otros profesionales de la salud y también el acceso seguro a los establecimientos de salud del personal de salud y los pacientes.
  9. Apoyar estudios de investigación exhaustivos sobre la naturaleza y el carácter de las diversas formas de violencia, incluida la eficacia de las estrategias de respuesta, a fin de ayudarlos en la elaboración y la implementación de políticas, leyes y estrategias sobre la prevención de la violencia, apoyo y protección de las víctimas y castigo de los responsables.
  10. Iniciar y promover una participación de múltiples interesados y la colaboración entre organismos pertinentes y organizaciones a nivel mundial, nacional, estatal y local en la iniciación, la implementación y promoción de estrategias de prevención y gestión de la violencia, incluida la implicación de líderes tradicionales, religiosos y políticos.
  11. Crear asociaciones multisectoriales sólidas a nivel local, estatal y nacional para hacer una prioridad la prevención de la violencia en todos los ministerios de gobierno, incluidos los ministerios de salud, educación, trabajo y defensa.
  12. Instituir una iniciativa segura de atención de salud que garantice la seguridad de los médicos y otro personal de salud, los pacientes, los establecimientos de salud y la prestación ininterrumpida de los servicios de salud en tiempos de paz y conflicto.
  13. Esta iniciativa debe consistir de los siguientes elementos:
  • Auditorías periódicas del riesgo de violencia.
  • Mecanismos eficaces de vigilancia e información para documentar la violencia.
  • Investigación transparente y oportuna de todos los casos de violencia notificados.
  • un sistema de protección de los pacientes y el personal de salud que informe sobre los casos de violencia.
  • Asistencia jurídica a los médicos y otro personal de salud sujetos a violencia en el lugar de trabajo.
  • Creación de puestos de seguridad en los establecimientos públicos de salud considerados necesarios.
  • Cobertura financiera para el personal médico y de salud herido.
  • Tiempo de descanso compensado para el personal médico y de salud herido.

 

Adoptada por la Asamblea General de la AMM, Washington DC, Estados Unidos, octubre 2002
Revisada en su redacción por la 164ª sesión del Consejo, Divonne-les-Bains, Francia, mayo 2003
Reafirmada por la 191ª Sesión del Consejo, Praga, República Checa, abril 2012, y
Revisada por la 74ª Asamblea General de la AMM, Kigali, Ruanda, octubre 2023

 

INTRODUCCION

Los rápidos avances en microbiología, biología molecular e ingeniería genética han creado oportunidades extraordinarias para la investigación biomédica y son una gran promesa para mejorar la salud humana y la calidad de vida. Sin embargo, la proliferación de estas tecnologías brinda la oportunidad de crear nuevos patógenos y enfermedades y simplificar los métodos de producción de armas biológicas. Las tecnologías son relativamente económicas y, debido a que la producción es similar a la utilizada en instalaciones biológicas como la fabricación de vacunas, son fáciles de obtener. La capacidad para producir y dispersar eficazmente armas biológicas existe en todo el mundo, lo que amenaza a los gobiernos y pone en peligro a las personas de todo el planeta

Las consecuencias de un ataque biológico serían insidiosas y devastadoras. Su impacto puede continuar con la transmisión secundaria y terciaria del agente, semanas, meses o años después de la epidemia inicial. Dada la facilidad para viajar y la creciente globalización, un brote en cualquier parte del mundo podría ser una amenaza para todas las naciones. Una gran cantidad de enfermedades graves y agudas que ocurren en un corto período de tiempo podrían abrumar las capacidades de los sistemas de salud en todo el mundo.

Los médicos y otro personal de salud están en primera línea para aliviar el sufrimiento humano causado por enfermedades epidémicas y serán los principales responsables de ocuparse de las víctimas de las armas biológicas.

Los participantes en la investigación biomédica tienen la obligación moral y ética de considerar las consecuencias del posible uso malicioso de sus hallazgos. Por medios deliberados o involuntarios, la modificación genética de microorganismos podría crear organismos más virulentos, resistentes a los antibióticos o con mayor estabilidad en el medio ambiente. La modificación genética de los microorganismos podría alterar su inmunogenicidad, permitiéndoles evadir la inmunidad natural y la inducida por vacunas. Los avances en ingeniería genética y terapia génica pueden permitir la modificación del sistema de respuesta inmunitaria de la población aludida para aumentar o disminuir la susceptibilidad a un patógeno o alterar el funcionamiento de los genes huéspedes normales.

Las medidas de no proliferación y control de armas pueden disminuir, pero no pueden eliminar por completo la amenaza de las armas biológicas. Por lo tanto, existe la necesidad de crear y adherirse a una ética globalmente aceptada que rechace la creación, la producción, la posesión y el uso de armas biológicas. La colaboración internacional es fundamental para construir ese consenso universal.

La Convención de Armas Biológicas de las Naciones Unidas (BWC) prohíbe la creación, producción, adquisición, transferencia, almacenamiento y uso de armas biológicas y tóxicas. Habiendo alcanzado una afiliación casi universal, la BWC constituye un elemento clave en los esfuerzos de la comunidad internacional para abordar la proliferación de armas de destrucción masiva y ha establecido una norma fuerte contra las armas biológicas.

Las asociaciones médicas y los médicos tienen la responsabilidad de educar al público y a los responsables de políticas sobre las consecuencias de las armas biológicas y de movilizar el apoyo universal para condenar la investigación, la creación o el uso de tales armas como moral y éticamente inaceptables. Tienen roles sociales y éticos importantes al exigir el pleno respeto de la BWC, estigmatizar el uso de armas biológicas, protegerse contra la investigación ilícita y poco ética y mitigar el daño causado por el uso de armas biológicas.

 

RECOMENDACIONES

Reconociendo la creciente amenaza de las armas biológicas, la AMM y sus miembros constituyentes condenan la creación, la producción o el uso de toxinas y agentes biológicos que no tienen justificación para propósitos profilácticos, protectores, terapéuticos u otros fines pacíficos, y hacen las siguientes recomendaciones:

Reforzamiento de la preparación y respuesta global a las emergencias en salud

Gobiernos y autoridades de salud nacionales:

  1. Elaborar una estrategia para el acceso efectivo, coordinado y oportuno a medidas vitales de protección frente a nuevos patógenos, cualquiera que sea su origen, para todas las poblaciones en riesgo. La estrategia debe asegurar más capacidad para abordar la atención masiva de víctimas.
  2. En conformidad con la Declaración de la AMM sobre Epidemias y pandemias, satisfacer las necesidades importantes para:
  • Una inversión adecuada en los sistemas de salud pública, incluidos los recursos y suministros, para mejorar la capacidad de detectar, investigar y contener eficazmente los brotes de enfermedades raras o inusuales;
  • Un programa operativo de vigilancia mundial para mejorar la respuesta a las enfermedades infecciosas naturales y permitir la detección y caracterización más tempranas de enfermedades nuevas o emergentes.
  1. Proporcionar a la OMS los medios adecuados para cumplir su función de liderazgo a la hora de garantizar una cooperación y coordinación internacionales apropiadas para la vigilancia y la acción sobre las enfermedades infecciosas emergentes.
  2. Apoyar la elaboración de un instrumento legalmente vinculante de la OMS sobre prevención, preparación y respuesta ante pandemias, que integre los principios de equidad y derechos humanos.
  3. Desarrollar educación y capacitación en salud adecuadas y específicas para profesionales de la salud, líderes cívicos y el público por igual, así como programas colaborativos de investigación para mejorar el diagnóstico, la prevención y el tratamiento de enfermedades.
  4. Elaborar estrategias de comunicación para informar a los profesionales de la salud y al público sobre actos de bioterrorismo y brotes de enfermedades infecciosas, incluida la información local sobre los servicios médicos disponibles.
  5. Financiar la investigación y el desarrollo para contrarrestar las armas biológicas, lo que incluye:
  • mejorar la comprensión de la epidemiología, la patogenia y el tratamiento de enfermedades causadas por posibles agentes de armas biológicas y la respuesta inmunitaria a dichos agentes;
  • por vacunas, productos farmacéuticos y antídotos nuevos y más efectivos contra las armas biológicas; y
  • para mejorar la detección de agentes biológicos y las capacidades de defensa.

Médicos, asociaciones médicas y otras entidades de salud:

  1. Participar con las autoridades de salud locales, nacionales e internacionales en la elaboración e implementación de protocolos de preparación y respuesta ante catástrofes para actos de bioterrorismo y brotes de enfermedades infecciosas naturales. Estos protocolos deben utilizarse como base para la educación pública y de los médicos.
  2. Apoyar y cumplir el papel importante de los médicos en la detección temprana de grupos inusuales de enfermedades o síntomas, que pueden resultar del uso de armas biológicas, para que puedan informarlo de inmediato a las instituciones apropiadas.
  3. Los médicos en las especialidades pertinentes deben:
  • estar alerta a la ocurrencia de enfermedades y muertes inexplicables en la comunidad;
  • conocer las capacidades de vigilancia y control de enfermedades para responder a grupos inusuales de enfermedades, síntomas o presentaciones;
  • estar familiarizados con las manifestaciones clínicas, las técnicas de diagnóstico, las precauciones de aislamiento, los protocolos de descontaminación y la terapia/profilaxis de los agentes biológicos que probablemente se utilicen en un ataque;
  • utilizar los procedimientos apropiados para evitar la exposición a ellos mismos y a los demás; y
  • comprender los elementos esenciales de la comunicación de riesgos para que puedan comunicarse de manera clara y no amenazante sobre temas como los riesgos de exposición y las posibles medidas preventivas.

Contrarrestar la investigación de armas biológicas

Gobiernos y autoridades de salud nacionales:

  1. Elaborar e implementar estrategias nacionales y mundiales de sensibilización sobre el desarrollo potencial de armas biológicas entre investigadores y profesionales, con información completa sobre el sistema de informes que se utilizará si es necesario.
  2. Reforzar los mecanismos de supervisión responsables y transparentes y la regulación del trabajo de laboratorio biológico y de toxinas con el potencial para aplicaciones armadas.

Médicos:

  1. Reconociendo la responsabilidad social de los médicos como científicos y humanitarios, de condenar la investigación científica para la creación y uso de armas biológicas y abogar contra el uso de la biotecnología y las tecnologías de la información con fines potencialmente dañinos.

Investigadores:

  1. Considerar las consecuencias y posibles aplicaciones de su trabajo y equilibrar cuidadosamente la búsqueda del conocimiento científico con sus responsabilidades éticas para con la sociedad.

Fomento de mecanismos mundiales de vigilancia de la amenaza de las armas biológicas

Gobiernos:

  1. Tomar las medidas necesarias para garantizar el respeto y la implementación de la CAB y reforzar su implementación con los medios apropiados, asegurando la transparencia y mecanismos adecuados de rendición de cuentas para los Estados miembros.

Médicos, asociaciones médicas y otras entidades de salud:

  1. Abogar, en cooperación con las Naciones Unidas, incluida la OMS y otras entidades apropiadas, para el fortalecimiento de la Unidad de Apoyo a la Implementación bajo la CAB, incluidos los líderes médicos y de salud pública para monitorear la amenaza de las armas biológicas, para identificar acciones que puedan prevenir proliferación de armas biológicas, y elaborar un plan coordinado para examinar la aparición mundial de enfermedades infecciosas. Este plan debe abordar:
  • los sistemas internacionales de seguimiento y notificación para mejorar la vigilancia y el control de los brotes de enfermedades infecciosas en todo el mundo;
  • la formulación de un protocolo de verificación efectivo bajo la CAB;
  • educación de médicos y personal de salud pública sobre enfermedades infecciosas emergentes y posibles armas biológicas;
  • capacidad de laboratorio para identificar patógenos biológicos;
  • disponibilidad de vacunas y productos farmacéuticos apropiados; y
  • necesidades financieras, técnicas y de investigación para reducir el riesgo de uso de armas biológicas y otras amenazas importantes de enfermedades infecciosas.

Adoptada por la 53a Asamblea General de la AMM, Washington DC, EE.UU, octubre 2002,
enmendada por la 64ª Asamblea General de la AMM, Fortaleza, Brasil, octubre 2013,
y por la 72ª Asamblea General de la AMM (en línea), Londres, Reino Unido, octubre 2021

 

INTRODUCCIÓN

 Desde el inicio de la epidemia mundial del VIH, las mujeres y las niñas de muchas regiones se han visto afectadas por el VIH de forma desproporcionada. Las mujeres jóvenes (entre 15 y 24 años) y, en particular, las niñas adolescentes (entre 10 y 19 años) representan un número desproporcionado de las nuevas infecciones por VIH.

La desigualdad de género contribuye a la propagación del VIH. Puede aumentar las tasas de infección y reducir la capacidad de las mujeres y las niñas para hacer frente a la enfermedad. Con frecuencia, tienen menos información sobre el VIH y menos recursos para tomar medidas preventivas. La violencia sexual, una violación generalizada de los derechos de las mujeres, exacerba el riesgo de transmisión del VIH.

Muchas mujeres y niñas que viven con el VIH luchan contra el estigma y la exclusión, agravados por su falta de derechos. Las mujeres que enviudan a causa del SIDA o que viven con el VIH pueden tener que enfrentarse a disputas de propiedades con su familia política, que se complican por el acceso limitado a la justicia para defender sus derechos. Independientemente de si ellas mismas viven con el VIH, las mujeres generalmente asumen una carga desproporcionada de cuidado para otras personas que están enfermas o que mueren de SIDA, junto con los huérfanos que quedan. Esto, a su vez, puede reducir las perspectivas de educación y empleo. También puede disminuir significativamente los esfuerzos y las estrategias para la prevención de la transmisión de madre a hijo (PTMI).

El acceso a la atención médica, incluidas las estrategias tanto preventivas como terapéuticas, es un derecho humano fundamental. Esto impone al gobierno la obligación de garantizar que estos derechos humanos se respeten y protejan plenamente. Las desigualdades de género deben abordarse y erradicarse. Esto debería afectar a todos los aspectos de la atención médica.

La promoción y protección de los derechos reproductivos de las mujeres son fundamentales para el éxito final de la confrontación y resolución de la pandemia del VIH/SIDA.

 

RECOMENDACIONES

La AMM solicita a todas las asociaciones nacionales miembros que insten a sus gobiernos a emprender y promover las siguientes acciones:

  1. Desarrollar programas de empoderamiento para mujeres de todas las edades para garantizar que las mujeres tengan un mejor apoyo y estén libres de discriminación. Dichos programas deben incluir el acceso universal y libre a la educación sobre salud reproductiva y formación sobre habilidades para la vida.
  2. Desarrollar un programa para proporcionar pruebas del VIH y profilaxis después de la exposición en forma de antirretrovirales a todas las supervivientes de una agresión.
  3. Los gobiernos deben proporcionar acceso universal a la terapia y al tratamiento antivirales a todas las mujeres infectadas por el VIH, protegiendo su salud y, en el caso de mujeres embarazadas, evitando la transmisión de madre a hijo.
  4. Proporcionar pruebas universales del VIH a todas las mujeres embarazadas, con notificación a la paciente del derecho de rechazo, como componente rutinario de la atención perinatal, y dichas pruebas deben ir acompañadas de protección de la privacidad, asesoramiento básico y concienciación sobre el tratamiento adecuado, si es necesario.
  5. La notificación a la paciente debe ser coherente con los principios del consentimiento informado. También se debe proporcionar acceso universal y libre al tratamiento antirretroviral a todas las mujeres embarazadas con VIH positivo con el fin de evitar la transmisión del VIH de madre a hijo.

 

 

Adoptada por la 53a Asamblea General de la AMM, Washington, Octubre 2002,
reafirmada por la 191ª Sesión del Consejo, Praga, República Checa, Abril 2012
Y revisada por la 70ª Asamblea General de la AMM, Tbilisi, Georgia, Octubre 2019

 

La AMM está muy preocupada porque el feticidio de niñas y el aborto por selección del sexo es una práctica común en algunos países.

La AMM denuncia el feticidio de niñas y el aborto por selección del sexo como una forma totalmente inaceptable de la discriminación sexual.

La AMM afirma que el aborto por la selección del sexo por razones de preferencia de género es discriminatorio, cuando es únicamente por preferencia de los padres y cuando no hay consecuencias para la salud del feto o de la mujer.

La Asociación Médica Mundial llama a las asociaciones médicas nacionales a:

  • Denunciar la práctica del feticidio de niñas y el uso del aborto por selección del sexo debido a preferencia de género y
  • Comunicar esto a sus gobiernos.

Adoptada por la 53a Asamblea General de la AMM, Washington DC, Estados Unidos, octubre 2002
Reafirmada por la 191ª Sesión del Consejo, Praga, República Checa, abril 2012
y revisada por la 73ª Asamblea General de la AMM, Berlín, Alemania, octubre 2022

 

INTRODUCCION

El médico se esfuerza por entregar salud y atención médica seguras y de alta calidad al paciente.

El progreso en las ciencias médicas y afines, como en la tecnología, ha transformado la manera como se proporciona la medicina moderna en un sistema de salud avanzado y complejo.

Los riesgos inherentes siempre han existido en la medicina clínica. Los avances de la medicina moderna a menudo disminuyen los riesgos, pero muchos también pueden producir nuevos o mayores riesgos, algunos evitables y otros inherentes.

El médico y las organizaciones de salud deben tartar de prever estos riesgos y manejarlos lo mejor posible.

Muchos servicios de salud continúan luchando con una demanda que excede la capacidad, a menudo con una infraestructura inadecuada debido a la falta de inversión por parte de los gobiernos u otros proveedores de atención médica. La seguridad del paciente está en riesgo cuando los médicos trabajan en sistemas bajo presión.

La seguridad del paciente se ve afectada por la cultura laboral en la que operan los médicos. En muchos sistemas de salud, a menudo existe una cultura de culpa, en la que se ataca a las personas en lugar de examinar las causas organizativas más amplias del error (como limitaciones de recursos, escasez de mano de obra o fallas sistémicas).

Muchos médicos temen ser culpados injustamente por errores médicos que pueden haber sido causados o exacerbados por factores sistémicos y, a menudo, se sienten incapaces de ser abiertos o plantear inquietudes.

Una cultura de aprendizaje en el lugar de trabajo asegura y mejora la seguridad del paciente. Incorporar un enfoque de cultura justa y de aprendizaje puede ser un antídoto contra las culturas de culpa y miedo.

En una cultura justa y de aprendizaje, el enfoque inicial está en lo que salió mal cuando ocurrieron los incidentes de seguridad del paciente, en lugar de tratar de determinar quién puede ser responsable individualmente.

La regulación médica y el miedo a los litigios pueden comprometer la capacidad de los médicos para ser abiertos sobre los errores médicos. Un sistema en el que los médicos se sientan incapaces de hablar, por temor a la recriminación personal, comprometerá la identificación de las causas sistémicas de error o atención deficiente e impedirá las medidas para mejorar la seguridad del paciente.

Trabajar en un sistema bajo presión que tiene una cultura de miedo y culpa puede erosionar el bienestar de los médicos. El desempeño de los médicos en entornos de trabajo estresantes puede verse afectado, lo que podría generar errores o resultados deficientes para los pacientes.

Mejorar el bienestar de los médicos mejora significativamente la productividad, la calidad de la atención, la seguridad del paciente y la sostenibilidad de los servicios de salud

Las culturas positivas dentro de los lugares de trabajo son vitales para minimizar el error médico, mejorar el bienestar de los médicos y garantizar la seguridad del paciente.

PRINCIPIOS

  1. Los médicos deben garantizar que la seguridad del paciente siempre se considere durante su toma de decisiones médicas.
  2. Las personas y los procesos rara vez son los únicos responsables de los errores. Más bien, los elementos separados se combinan y juntos producen una situación de alto riesgo. Por lo tanto, debe existir una cultura no punitiva para la notificación confidencial de errores en la atención médica que se centre en prevenir y corregir fallas en los sistemas y no en la culpabilidad de individuos u organizaciones.
  3. Una comprensión realista de los riesgos inherentes a la medicina moderna requiere que los médicos cooperen con todas las partes relevantes, incluidos los pacientes, para adoptar un enfoque de sistemas proactivo para la seguridad del paciente.
  4. Para crear tal enfoque, los médicos deben absorber continuamente una amplia gama de conocimientos científicos avanzados y esforzarse continuamente para mejorar la práctica médica.
  5. Toda la información relacionada con la seguridad de un paciente debe compartirse con el paciente y todas las partes pertinentes. Sin embargo, la confidencialidad del paciente debe ser estrictamente protegida.
  6. Cuando ocurre un error médico o un incidente de seguridad del paciente, las investigaciones siempre deben comenzar con una revisión completa del entorno más amplio en el que opera el médico para identificar los factores sistémicos y las presiones que pueden haber contribuido al error.
  7. Cuando se determine que el error médico ha sido causado total o parcialmente por factores sistémicos, cualquier juicio del regulador también debe hacer que la organización proveedora de atención médica rinda cuentas.
  8. Los reguladores de las organizaciones que brindan atención médica deben promover y garantizar culturas de trabajo positivas, justas y de aprendizaje, donde los médicos y los pacientes se sientan apoyados y empoderados para aprender cuando ocurren eventos adversos.
  9. Los reguladores tienen la responsabilidad de identificar las limitaciones sistémicas y contextuales que repercuten en la seguridad del paciente, incluida la falta de recursos e infraestructura.

 

RECOMENDACIONES

Reconociendo la importancia de las presiones del sistema, la cultura del lugar de trabajo, el bienestar de los médicos y la regulación de la atención médica en la seguridad del paciente, la AMM recomienda que sus miembros constituyentes:

  1. Promover políticas sobre seguridad del paciente a todos los médicos de sus países.
  2. Instar a los médicos individuales, otros profesionales de la salud, pacientes y otras personas y organizaciones pertinentes a trabajar juntos para establecer sistemas que garanticen la seguridad del paciente.
  3. Fomentar el desarrollo de modelos efectivos para promover la seguridad del paciente a través de la educación médica continua/desarrollo profesional continuo.
  4. Cooperar entre sí e intercambiar información sobre eventos adversos, incluidos los errores, sus soluciones y las «lecciones aprendidas» para mejorar la seguridad del paciente.
  5. Exigir que la investigación de errores médicos e incidentes de seguridad del paciente siempre considere factores o presiones contextuales y sistémicos más amplios
  6. Exigir que las organizaciones proveedoras de atención médica fomenten una cultura de aprendizaje, apoyo y mejora que facilite la seguridad del paciente.
  7. Trabajar para garantizar que la regulación de la profesión médica fomente y apoye la seguridad del paciente.
  8. Apoyar la regulación que trabaja para prevenir el error médico, promoviendo las buenas prácticas y el aprendizaje entre las personas y organizaciones que prestan atención médica.
  9. Trabajar para garantizar que los entornos de atención médica tengan los recursos, la infraestructura y la fuerza laboral necesarios para respaldar la seguridad del paciente.

 

Adoptada por la 53Asamblea General de la AMM, Washington DC, Estados Unidos, octubre 2002 
Reafirmada con una revisión menor por la 192º Consejo de la AMM, Bangkok, Tailandia, octubre 2012
y por el 221º Consejo de la AMM, Berlín, Alemania, octubre 2022

 

INTRODUCCION

Según la OMS, se aplican miles de millones de inyecciones en el mundo cada año en atención médica y muchas son inseguras.

Las enfermedades más comunes que se contagian con inyecciones inseguras son la hepatitis B, la hepatitis C y el SIDA.

Los médicos prescriben o aplican inyecciones. Por esto, están en una posición privilegiada para introducir cambios de conducta que puede llevar al uso seguro y adecuado de las inyecciones.

La AMM reconoce que las inyecciones inseguras se producen por una educación inadecuada, el uso excesivo de inyecciones y prácticas inseguras, que incluyen agujas sin esterilizar o esterilizadas inadecuadamente, múltiple uso de jeringas, el uso indebido de equipos y suministros o la eliminación inapropiada de agujas desechadas.

Las inyecciones inseguras son una pérdida de recursos de salud costosos que se puede evitar fácilmente con intervenciones integradas, que crean estrategias de promoción efectivas a nivel local, nacional y regional.

La actitud del médico y las prácticas inapropiadas puede ser un factor determinante en el uso excesivo de inyecciones «terapéuticas», suponiendo de manera incorrecta que la satisfacción del paciente depende de la prescripción de inyecciones o el aceptar incentivos para su uso innecesario.

Es necesario crear un cambio de conducta en los pacientes y profesionales de la salud para disminuir el uso excesivo de inyecciones y lograr inyecciones seguras.

Las inyecciones seguras evitan daños para el receptor, el proveedor y la comunidad y evita la difusión de diferentes patógenos que pueden ser producidos por inyecciones inseguras, como la hepatitis B y C y el VIH. En este sentido, es un componente necesario de la prevención de estas infecciones.

 

RECOMENDACIONES

Considerando que la disminución de las inyecciones inseguras en la atención médica incluye a diferentes partes, la AMM hace un llamado a los:

Miembros constituyentes a

  1. Cooperar con sus gobiernos o con otras autoridades apropiadas para elaborar políticas nacionales eficaces sobre el uso seguro y apropiado de las inyecciones, incluido el financiamiento adecuado, la evaluación de las prácticas actuales de inyección y la preparación de un plan integrado.
  2. Elaborar un plan que apoye el abastecimiento de suministros de inyecciones, medidas para hacer cumplir las normas de esterilización adecuadas cuando sea necesario, la manipulación de las agujas desechadas y de programas de educación para impedir el uso excesivo de inyecciones como también promover las prácticas de inyecciones seguras.

Médicos del mundo a

  1. Educar a los pacientes sobre la acción y eficacia equivalentes de los medicamentos no inyectables.
  2. Prescribir medicamentos no inyectables cuando sea posible y promuevan el uso de medicamentos no inyectables que son alternativas viables.
  3. Sólo utilizar medicamentos inyectables si es seguro y apropiado y apliquen inyecciones de manera que no causen daños al receptor, el proveedor y la comunidad;
  4. Sólo utilizar los recipientes para objetos cortantes desechables a fin de eliminar seguramente el material quirúrgico (por ejemplo, agujas, hojas, etc.), no se deben volver a utilizar las fundas de los instrumentos afilados, y si es posible usar jeringas auto desechables.
  5. Crear conciencia sobre los riesgos que presentan las inyecciones inseguras y ayuden a producir cambios de conducta en los pacientes y profesionales de salud para promover las inyecciones seguras y apropiadas. La educación en esta área debe enfatizar que las agujas no se deben volver a cubrir.

Adoptada por la 53a Asamblea General de la AMM, Washington DC, Estados Unidos, octubre 2002
Reafirmada por la 191ª Sesión del Consejo, Praga, República Checa, abril 2012
Y reafirmada con una revisión menor por el 221º Consejo de la AMM, Berlín, Alemania, octubre 2022

 

INTRODUCCIÓN

Esta Declaración tiene como objetivo orientar sobre la automedicación responsable.

Los productos medicinales se pueden dividir, generalmente, en dos categorías separadas: los medicamentos con prescripción y los que no necesitan prescripción. Esta clasificación puede variar de un país a otro. Las autoridades nacionales deben asegurar que los medicamentos que no necesitan prescripción sean lo suficientemente seguros para no causar ningún daño a la salud.

El medicamento con prescripción sólo está disponible para una persona luego de ser recetado por el médico u otro profesional de la salud autorizado después de una consulta. El medicamento con prescripción no tiene una utilización segura, excepto bajo la supervisión del profesional de la salud, debido a su toxicidad o a otros efectos peligrosos potenciales (por ejemplo, acostumbramiento), el método de utilización o las medidas colaterales necesarias para su uso.

La automedicación responsable, como se refiere en este documento, es el uso de un medicamento registrado o monográfico que está disponible legalmente sin la prescripción de un médico, ya sea por iniciativa propia de la persona o por consejo de un profesional de la salud. La utilización de medicamentos con prescripción sin una receta médica no forma parte de la automedicación responsable.

 

RECOMENDACIONES

  1. La seguridad, eficacia y calidad de los medicamentos sin prescripción deben ser probadas según los mismos principios que se utilizan para los medicamentos con prescripción
  2. Dado el riesgo de utilizar medicamentos sin prescripción o una automedicación irresponsable, la AMM recomienda lo siguiente:

Para las personas

  1. Los pacientes deben informar a sus médicos u otros profesionales de la salud involucrados cuando se automediquen junto a otro medicamento prescrito. En un tratamiento se puede combinar la automedicación y la medicación con prescripción, conjuntamente o de manera consecutiva. Se debe informar al paciente sobre las posibles interacciones entre los medicamentos con prescripción y los que no la necesitan. Por esto, el paciente debe informar al profesional de la salud sobre su automedicación.
  2. En la automedicación la persona es responsable principalmente del uso de productos de automedicación. Se debe tener especial cuidado cuando los grupos vulnerables, como niños, ancianos o mujeres embarazadas se automedican.
  3. Si una persona opta por la automedicación debe ser capaz de:
  • reconocer los síntomas que tratan;
  • determinar que está en condiciones apropiadas para la automedicación;
  • elegir un producto de automedicación adecuado;
  • seguir las instrucciones para el uso del producto descritas en su etiqueta.

Para los profesionales de la salud

  1. Los médicos y otros profesionales de la salud involucrados deben educar a los pacientes sobre los riesgos de la automedicación y su uso apropiado e instruirlos para obtener consejos médicos si no están seguros. Esto es muy importante en los casos en que la automedicación no es apropiada debido a ciertas condiciones que pueda presentar el paciente;
  2. La información a los pacientes debe incluir una advertencia sobre la pseudociencia y las pseudo terapias, que no tienen una base científica, como se estipula en la Declaración de la AMM sobre la Pseudociencia y las Pseudoterapias en el campo de la salud.
  3. Los profesionales de la salud deben incentivar a los pacientes para leer cuidadosamente la etiqueta del producto y las instrucciones (si están disponibles) para obtener consejos si es necesario y reconocer las circunstancias cuando la automedicación no es, o ya no es, apropiada.
  4. El farmacéutico tiene la responsabilidad profesional de recomendar que los pacientes busquen atención médica, en especial cuando tengan síntomas para hacerlo o si ellos piden medicamentos que sólo se les pueden dar con prescripción.
  5. Los profesionales de la salud deben tratar de identificar la automedicación potencialmente relevante durante las consultas médicas, la dispensación de medicamentos en la farmacia y durante las intervenciones de enfermería en el hogar.

Para otros interesados

  1. Los Gobiernos deben reconocer y reforzar la distinción que existe entre los medicamentos con prescripción y los sin prescripción, y asegurarse que las personas que utilizan la automedicación estén bien informadas y protegidas de los posibles peligros o efectos negativos a largo plazo.
  2. Los fabricantes están obligados a seguir los distintos códigos o regulaciones que ya existen a fin de asegurar que la información entregada a los consumidores es apropiada en estilo y contenido. Esto se refiere en especial al etiquetado, a la publicidad y a todas las advertencias de los medicamentos sin prescripción.
  3. La publicidad y la comercialización de los medicamentos sin prescripción debe ser responsable, entregar información clara y precisa y mostrar un equilibrio justo entre los beneficios y riesgos. La promoción y la comercialización no deben estimular la automedicación irresponsable, compra de medicamentos que no son apropiados, o compras de cantidades de medicamentos más importantes de las necesarias.
  4. La farmacovigilancia para la automedicación debe ser organizada y reforzada tanto por los gobiernos como por la industria para controlar los riesgos asociados con la automedicación.

Para todos

  1. Todas las partes involucradas en la automedicación deben considerar los medicamentos (con o sin prescripción) como productos especiales y a seguir las precauciones normales para guardarlos y utilizarlos cuidadosamente, conforme a las instrucciones profesionales. 
  1. Todas las partes involucradas en la automedicación deben ser conscientes de los beneficios y los riesgos de todo producto de automedicación. El equilibrio beneficio-riesgo debe ser comunicado de manera justa y racional, sin enfatizar demasiado los riesgos ni los beneficios.

 

Adoptada por la 52ª Asamblea General de la AMM, Edimburgo, Escocia, octubre 2000
Revisada por la 62ª Asamblea General de la AMM, Montevideo, Uruguay, octubre 2011
y por la 73ª Asamblea General de la AMM, Berlín, Alemania, octubre 2022

 

INTRODUCCION

La Declaración de Lisboa de la AMM sobre los Derechos del paciente establece: “Toda persona tiene derecho a una atención médica apropiada sin discriminación”.

La constitución de la Organización Mundial de la Salud declara que “el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano sin distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social”.

Las personas privadas de libertad (“reclusos”) deben recibir el mismo grado de atención médica que las personas no encarceladas. Tienen los mismos derechos que todas las otras personas. Esto incluye el derecho a recibir un trato humano y una atención médica apropiada. Las normas que rigen el trato de los reclusos están establecidas en varias Declaraciones y Directrices de la Naciones Unidas, en particular las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos —conocidas como las Reglas de Nelson Mandela en su versión revisada de 2015, complementadas por las Reglas de Bangkok de la ONU sobre mujeres.

El término “personas privadas de libertad” hace referencia a todas sin considerar la razón de su detención al igual que su situación jurídica, desde detenidos en prisión preventiva hasta personas condenadas.

Es responsabilidad de los estados garantizar el derecho a la vida y la salud de las personas privadas de libertad. esto implica tener cuidado de ellas con el objeto de que la cárcel no sea un factor determinante para las enfermedades contagiosas.

Las relaciones entre el médico y las personas privadas de libertad se rigen por los mismos principios éticos que las del médico y cualquier otro paciente. Sin embargo, el entorno carcelario particular puede derivar en tensiones en la relación médico/paciente como consecuencia de la subordinación jerárquica del médico que potencialmente puede ser presionado por las autoridades y parecer estar jerárquicamente subordinado a su empleador, el servicio penitenciario, y la actitud general de la sociedad hacia las personas privadas de libertad.

Más allá de las responsabilidades de los estados de tratar a todas las personas privadas de libertad con respecto hacia su dignidad y valor inherentes como seres humanos, existen motivos de salud pública para garantizar la implementación adecuada de las reglas de Nelson Mandela. La alta incidencia de casos de tuberculosis y otras enfermedades contagiosas entre los reclusos en varios países, confirma la necesidad urgente de considerar la salud pública como un elemento importante en la planificación de los nuevos regímenes penitenciarios y de reformar los actuales sistemas penales y carcelarios.

Las personas encarceladas pertenecen a menudo a las clases más vulnerables de la sociedad. Pueden tener acceso limitado a la atención médica antes de ser encarceladas, pueden padecer afecciones de salud peores que muchos otros ciudadanos y como consecuencia pueden tener un alto riesgo de ingresar en la cárcel con problemas de salud no diagnosticados, no detectados, ni tratados.

La sobrepoblación, el encierro prolongado en espacios cerrados, con poca luz, con mala calefacción, y en consecuencia, mal ventilados, y casi siempre húmedos son todas condiciones que se asocian con frecuencia a la reclusión y que contribuyen a propagar enfermedades contagiosas y a la mala salud.  Cuando estos factores se combinan con una mala higiene, una alimentación inadecuada y un acceso limitado a una atención médica adecuada, las cárceles pueden representar un gran desafío para la salud pública. 

Mantener a las personas privadas de libertad en condiciones que los exponga a importantes riesgos médicos plantea un desafío humanitario. la manera más eficaz y eficiente de reducir la transmisión de enfermedades es mejorar el entorno carcelario.

Es responsabilidad de los estados destinar suficientes recursos a garantizar condiciones carcelarias apropiadas, que la atención médica en la cárcel sea adecuada en relación con el tamaño y las necesidades de la población encarcelada, y definir e implementar estrategias de salud sostenibles para prevenir la transmisión de enfermedades contagiosas. La organización de la atención médica en la cárcel requiere un equipo adecuado de personal sanitario capaz de detectar y tratar las enfermedades contagiosas como parte de su misión esencial de prestar atención y tratamiento a sus pacientes encarcelados.

El aumento de la tuberculosis activa en las poblaciones encarceladas y la aparición de una tuberculosis resistente en extremo especialmente a diversos medicamentos, como reconoció la Asociación Médica Mundial en su resolución sobre la tuberculosis, alcanza niveles muy altos de incidencia y frecuencia en las cárceles de algunas partes del mundo. Del mismo modo, la pandemia de la covid-19 ha afectado severamente a las cárceles con brotes declarados en todo el mundo. Otras afecciones, como la hepatitis C y el VIH, presentan riesgos de transmisión en transfusiones sanguíneas o al compartir e intercambiar secreciones del cuerpo humano. Las condiciones de sobrepoblación en las cárceles también fomentan la propagación de las enfermedades de transmisión sexual, mientras que el uso de drogas por vía intravenosa contribuye a propagar el VIH así como la hepatitis B y C.

 

RECOMENDACIONES

Recordando su declaración de Lisboa sobre los derechos del paciente, la Asociación Médica Mundial pide a todos los actores pertinentes que tomen las medidas necesarias para garantizar el más alto grado de salud alcanzable para las personas privadas de libertad, en particular:

Gobiernos, autoridades penitenciarias y sanitarias

  1. Proteger los derechos de las personas privadas de libertad de acuerdo con los diversos instrumentos de las Naciones Unidas relativos a las condiciones de reclusión, en particular las reglas de nelson mandela para el tratamiento de los reclusos.
  2. Asignar los recursos necesarios para la atención médica en las cárceles, proporcionados a la cantidad y las necesidades de las personas privadas de libertad e incluida la financiación adecuada para el personal sanitario y el nivel apropiado de dotación de dicho personal.
  3. Definir e implementar estrategias de salud sólidas que garanticen un entorno carcelario seguro y saludable, mediante medidas de vacunación, higiene, vigilancia y de otro tipo para prevenir la transmisión de enfermedades contagiosas.
  4. Garantizar que las personas privadas de libertad con una enfermedad infecciosa sean tratadas con dignidad y que sean respetados sus derechos a la atención médica, en particular que no sean aisladas, o confinadas en solitario, como respuesta a su condición de infectadas, sin acceso adecuado a la atención médica y al tratamiento médico adecuado.
  5. Garantizar que las condiciones de la detención, en cualquier etapa de la detención al procedimiento judicial o una vez haya condena, no contribuyan a la aparición, el empeoramiento o la transmisión de enfermedades.
  6. Garantizar que el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades crónicas no transmisibles y enfermedades o lesiones agudas no transmisibles se traten de manera razonable y adecuada para no causar una carga indebida al personal de salud o aumentar el riesgo de propagación de enfermedades transmisibles, debido a reclusos con enfermedades descompensadas o lesiones.
  7. Garantizar la planificación apropiada y provisión de la atención continua como elementos esenciales de la atención médica en la cárcel, la coordinación de los servicios de salud dentro y fuera de las cárceles, incluida la continuidad de la atención y el control epidemiológico de los pacientes encarcelados cuando sean liberados.
  8. Asegurar que al admitir o trasladar a la persona a una cárcel diferente, su estado de salud sea controlado dentro de las 24 horas de ingreso a fin de asegurar la continuidad de la atención.
  9. Para evitar la interrupción de la atención dentro de la institución, particularmente cuando el recluso está recibiendo tratamiento de sustitución de opiáceos al continuar con el tratamiento prescrito.
  10. El encarcelamiento es inaceptable en los casos en que la infección o el riesgo de transmisión sea la causa de la privación de libertad. El encarcelamiento no es una manera eficaz de prevenir la transmisión de enfermedades infecciosas, además, es una causa de ocultación del diagnóstico debido al miedo, lo que produce una mayor difusión añadida.
  11. Respetar la autonomía y responsabilidades de los médicos que laboran en los centros penitenciarios, quienes deben observar principios de ética médica para proteger la salud de las personas privadas de libertad.
  12. Realizar investigaciones independientes y transparentes para evitar la denegación de atención médica a los reclusos en prisión.

Miembros constituyentes de la AMM y la profesión médica

  1. Trabajar con los gobiernos nacionales y locales, las autoridades sanitarias y penitenciarias para priorizar la salud y la atención médica, incluida la salud mental, en las cárceles y adoptar estrategias que aseguren un entorno carcelario seguro y saludable.
  2. De acuerdo con los principios éticos de la profesión médica, instar a los médicos para que informen y documenten cualquier deficiencia en la atención médica, que conlleve malos tratos de las personas privadas de libertad.
  3. Apoyar y proteger a los médicos que se encuentran con dificultades como consecuencia de su intento de denunciar deficiencias en la prestación de atención médica en las cárceles.
  4. Apoyar el mejoramiento de las condiciones y sistemas penitenciarios desde el punto de vista de la salud de las personas privadas de Libertad.

Médicos que trabajan en cárceles

  1. Comunicar debidamente a las autoridades sanitarias y las organizaciones profesionales de su país cualquier deficiencia de la atención médica, incluida la salud mental, que se presta a las personas privadas de libertad y cualquier situación que implique un alto riesgo epidemiológico.
  2. Seguir las directrices de los organismos nacionales de salud pública, cuando sean éticamente adecuadas, particularmente en lo referente a la comunicación obligatoria de enfermedades infecciosas y contagiosas.

 

Adoptada por la 34ª Asamblea Médica Mundial, Lisboa, Portugal, septiembre/octubre 1981,
enmendada por la 39ª Asamblea Médica Mundial, Madrid, España, octubre 1987;
la 45ª Asamblea Médica Mundial, Budapest, Hungría, octubre 1993
y la 51ª Asamblea General de la Asociación Médica Mundial, Tel Aviv, Israel, octubre 1999,
Reafirmada por la 185ª Sesión del Consejo de la AMM, Evian les Bains, Francia, mayo 2010
Y enmendada por la 72ª Asamblea General de la AMM (en línea), Londres, Reino Unido, octubre 2021

 

INTRODUCCIÓN

Los médicos de medicina deportiva son médicos preocupados por la prevención y el tratamiento de lesiones y trastornos relacionados con la participación en deportes. En algunos países, los médicos de medicina deportiva son reconocidos como especialistas médicos. Están capacitados para abordar problemas relacionados con la nutrición, la psicología deportiva y el abuso de sustancias y también pueden asesorar a los deportistas sobre la prevención de lesiones.

Teniendo en cuenta la implicación de los médicos en medicina deportiva, la Asociación Médica Mundial (AMM) recomienda pautas éticas para los médicos de medicina deportiva, reconociendo las circunstancias especiales en las que se brinda su atención médica y orientación sanitaria.

 Agentes anabólicos y medicamentos y métodos que mejoran el rendimiento

El uso de agentes anabólicos, medicamentos para mejorar el rendimiento, analgésicos y métodos para mejorar el rendimiento por parte de los deportistas es contrario a las normas y principios éticos de la competición atlética, tal como establecen la mayoría de los órganos rectores deportivos. Los medicamentos y métodos que mejoran el rendimiento se han asociado a efectos adversos para la salud.

El médico de medicina deportiva debe ser consciente de que los métodos, medicamentos o intervenciones que modifican artificialmente los componentes sanguíneos, la bioquímica, la secuencia del genoma, la expresión génica o los niveles hormonales y que no benefician a los pacientes, violan los principios básicos de la Declaración de Ginebra de la AMM, que establece: “la salud y el bienestar de mi paciente serán mi primera consideración”.

La AMM cree que el uso de agentes anabólicos y medicamentos y métodos que mejoran el rendimiento es una amenaza para la salud de los deportistas y está en conflicto con los principios de ética médica. El médico debe oponerse y negarse a administrar o consentir cualquier medio o método que no sea conforme a la ética médica o que pueda ser perjudicial para el deportista que lo usa. El médico también debe informar a los deportistas de los posibles riesgos para la salud.

Los ejemplos de estos medicamentos y métodos incluyen, entre otros:

  • El uso de medicamentos u otras sustancias, cualquiera que sea su naturaleza y vía de administración, incluidos estimulantes o depresores del sistema nervioso central y procedimientos que modifiquen artificialmente los reflejos, alteren la sensación de bienestar o la perspectiva mental general.
  • Procedimientos o tratamientos para ocultar el dolor u otros síntomas protectores si se utilizan para permitir que el deportista participe en eventos o actividades de entrenamiento cuando los signos clínicos desaconsejen su participación. Esto incluye permitir la participación en actividades deportivas cuando hacerlo sería peligroso para el deportista.
  • Procedimientos o tratamientos utilizados para ocultar la presencia de otros medicamentos que mejoran el rendimiento o para inducir una pérdida rápida de agua o peso.
  • Medidas destinadas a mejorar o mantener de forma no natural de la resistencia o la capacidad de transporte de oxígeno durante la competición. Esto incluye la manipulación de sangre o componentes sanguíneos definidos como la administración o reintroducción de sangre o hemoderivados de cualquier origen en el sistema circulatorio, mejorar artificialmente la captación, el transporte o el suministro de oxígeno utilizando sustancias químicas como la eritropoyetina u otras formas de manipulación intravascular para aumentar artificialmente la masa de glóbulos rojos, a menos que esté médicamente indicado para el tratamiento de una enfermedad o afección médica documentada. El dopaje sanguíneo también expone al deportista a riesgos de salud injustificados y potencialmente graves.
  • Uso de agentes anabólicos, incluidos los “esteroides de diseño”, que son sustancias indetectables a través del uso de métodos de análisis estándar.
  • Uso de precursores de esteroides anabólicos, incluidos suplementos dietéticos, que afirman proporcionar equivalentes de esteroides “seguros”, pero que se metabolizan en el cuerpo en esteroides anabólicos.
  • Uso de sustancias no aprobadas que no cuentan con la aprobación actual de ninguna autoridad sanitaria reguladora gubernamental para uso terapéutico en humanos, por ejemplo, medicamentos en desarrollo preclínico o clínico, medicamentos interrumpidos, medicamentos de diseño o sustancias aprobadas solo para uso veterinario.
  • Uso de hormonas peptídicas, factores de crecimiento y sustancias relacionadas para aumentar el recuento de glóbulos rojos, la oxigenación sanguínea o la capacidad de transporte de oxígeno.
  • Uso de moduladores hormonales y metabólicos, que son sustancias para modificar la actividad hormonal mediante el bloqueo de la acción o el aumento de la actividad de una hormona.

Es de especial preocupación el uso de agentes anabólicos y precursores de esteroides en adolescentes. Los consumidores jóvenes se consideran especialmente susceptibles a problemas de salud potencialmente graves durante este período de vulnerabilidad física y emocional, en el que sus propios ciclos hormonales están cambiando. En las mujeres, los agentes anabólicos se han asociado a una serie de efectos adversos, algunos de los cuales parecen ser permanentes incluso cuando se interrumpe el consumo de medicamentos. Los médicos deben desaconsejar claramente el uso de estos productos.

Normas de género de World Athletics[1] para la clasificación de deportistas femeninas

 El Reglamento de elegibilidad para la clasificación femenina de World Athletics de 2018[2] impone un límite hormonal superior para las deportistas que deseen competir en la categoría femenina en ciertas disciplinas de competiciones deportivas internacionales.

La AMM se opone a las normas de World Athletics que exigen que las deportistas femeninas con diferencias en el desarrollo sexual tomen medicamentos para reducir y mantener su nivel natural de testosterona en la sangre para poder competir. La mera existencia de una afección causada por una diferencia en el desarrollo sexual, en una persona que no ha expresado un deseo de cambiar esa condición, no constituye una indicación médica para el tratamiento. El tratamiento médico únicamente para alterar el rendimiento atlético no es ético.

 

RECOMENDACIONES

  1. Los médicos de medicina deportiva tienen la obligación y el deber de respetar y cumplir los estándares éticos de la profesión médica.
  2. El médico que atiende a los deportistas tiene la responsabilidad ética de reconocer las exigencias físicas y mentales especiales que se imponen a los deportistas por su participación en actividades deportivas. El deber del médico es preservar la salud mental y física del deportista y no solo aumentar el rendimiento deportivo.
  3. Cuando el participante deportivo es un deportista profesional y se gana la vida con esa actividad, el médico debe comprender los aspectos de salud laboral involucrados.
  4. El médico de medicina deportiva debe dar su opinión objetiva sobre el estado físico del deportista de forma clara y precisa, sin dejar dudas sobre sus conclusiones.
  5. En todos los eventos deportivos, es deber del médico decidir si el deportista está médicamente en forma para competir en un evento. Esta decisión no puede delegarse a otros profesionales no médicos.
  6. Para cumplir con sus obligaciones éticas, la autoridad del médico de medicina deportiva debe ser plenamente reconocida y respetada, especialmente cuando se trate de la salud y la seguridad del deportista. La preocupación por la salud y seguridad del deportista debe prevalecer sobre los intereses de cualquier tercero.
  7. El médico de medicina deportiva está obligado a defender los principios éticos de la profesión médica. Esto incluye el derecho a la privacidad y el respeto por la naturaleza confidencial de la relación entre el médico y el paciente. Estos principios y obligaciones deben estar respaldados por un acuerdo entre el médico de medicina deportiva y la organización deportiva implicada.
  8. El médico de medicina deportiva debe oponerse y negarse a administrar cualquier sustancia o a consentir cualquier medio o método de tratamiento que no sea conforme a la ética médica o que pueda ser perjudicial para el deportista que lo usa. El médico también debe informar a los deportistas de los posibles riesgos para la salud.
  9. Se debe invitar al médico de medicina deportiva a participar en el diseño y modificación de las normas y reglamentos de un deporte para proteger la salud y seguridad de los deportistas.
  10. El médico de medicina deportiva, con el consentimiento del paciente, debe trabajar en colaboración con el médico personal del paciente y mantenerlo plenamente informado del estado actual del paciente.
  11. Todos los médicos deben reconocer que el deseo de mejorar el rendimiento, la apariencia o el bienestar no se limita a los deportistas de élite. Los deportistas aficionados y recreativos, así como los adolescentes, también están en riesgo y están sujetos a presiones socioculturales relacionadas con el abuso de los agentes anabólicos y los medicamentos y métodos que mejoran el rendimiento. Se recomienda un enfoque de reducción de daños con debates centrados en los riesgos, la minimización de daños, las estrategias de prevención y la promoción de la salud.

 

[1] Formerly the International Amateur Athletics Federation (IAAF)
[2] Specifically, Rule 2.3 of Competition Rule 3.6, “Eligibility Regulations for the Female Classification.”

Adoptada por la 40ª Asamblea Médica Mundial, Viena, Austria, septiembre 1988
Revisada por la 49ª Asamblea General de la AMM, Hamburgo, Alemania, noviembre 1997,
la 58ª Asamblea General de la AMM, Copenhague, Dinamarca, octubre 2007,
la 62ª Asamblea General de la AMM, Montevideo, Uruguay, octubre 2011
y por la 73ª Asamblea General de la AMM, Berlín, Alemania, octubre 2022

 

INTRODUCCION

Más de 80% de los 1,3 mil millones de fumadores en el mundo viven en países con ingresos bajos o medios. Fumar u otras formas de consumo de tabaco afecta de manera adversa cada órgano en el cuerpo y son las principales causas de cáncer, enfermedades al corazón, infartos, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, daño fetal y muchas otras condiciones. Los fumadores tienen hasta 50% más de riesgo de tener una enfermedad grave y muerte por Covid-19. Cada año en el mundo se producen ocho millones de muertes por consumo de tabaco y los productos derivados del tabaco. El consumo de tabaco matará a mil millones de personas en el siglo 21, a menos que se implementen intervenciones eficaces.

La exposición al humo del tabaco de otros se produce en todo lugar donde se consume productos con tabaco en espacios cerrados. No existe un nivel de exposición seguro al humo de otros, lo que produce millones de muertes cada año. Es especialmente perjudicial para los niños y pacientes embarazadas. El 29 de mayo de 2007, la OMS hizo un llamamiento mundial para la prohibición de fumar en el trabajo y en lugares públicos cerrados para eliminar el humo de otros y motivar a la gente a dejar de fumar.

El fenómeno conocido como «humo de tercera mano» ocurre cuando la nicotina y otros residuos químicos se producen en las superficies interiores por fumar, que pueden persistir mucho después de que el humo se haya disipado. Se reconoce cada vez más como un peligro potencial, especialmente para los niños, que no solo inhalan los humos liberados por estos residuos, sino que también ingieren los residuos que llegan a sus manos después de gatear por el suelo o tocar paredes y muebles.

Acción de la Organización Mundial de la Salud

Con la esperanza de mitigar los efectos del consumo de tabaco, los Estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptaron por unanimidad el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT de la OMS) en 2003. En vigor desde 2005, actualmente cuenta con 182 Partes que abarcan más de 90 por ciento de la población mundial. El fortalecimiento adicional de la implementación del tratado histórico se incluye específicamente en la Agenda 2030 para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como Meta 3.a. La AMM ha apoyado durante mucho tiempo el CMCT de la OMS (véase la Resolución de la AMM sobre la Implementación del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco). El Protocolo para Eliminar el Comercio Ilícito de Productos de Tabaco, el primer protocolo del CMCT de la OMS, fue adoptado en 2012 en respuesta a el creciente comercio ilícito internacional de productos de tabaco. El objetivo del Protocolo es la eliminación de todas las formas de comercio ilícito de productos de tabaco, de conformidad con los términos del artículo 15 del CMCT de la OMS.

Productos de nicotina nuevos y emergentes

La Declaración de la WMA sobre Cigarrillos electrónicos y otros sistemas electrónicos de suministro de nicotina describe los riesgos aún desconocidos asociados con estos productos. El uso de cigarrillos electrónicos por parte de los jóvenes ha aumentado drásticamente y, en algunas regiones, es más popular que fumar tabaco. La exposición a la nicotina, sin importar cómo se administre, puede afectar el desarrollo del cerebro y provocar adicción.

También están surgiendo formas nuevas y redescubiertas de ingestión de tabaco y nicotina, que incluyen:

  • Tabaco soluble, de pastillas dulces que contienen tabaco y nicotina que se mantienen en la boca, se mastican o se chupan hasta que se disuelven.
  • Snus, una forma de rapé húmedo finamente molida que contiene carcinógenos y generalmente se empaqueta en bolsas pequeñas
  • Narguiles, una pipa de agua que quema tabaco mezclado con sabores como miel, melaza o frutas, donde el humo se inhala a través de una manguera larga. La OMS informa que una sesión de fumar narguile es lo mismo que fumar 100 cigarrillos, en gran parte debido a la cantidad de tiempo que fuma un usuario.
  • Bidis, cigarrillos con sabor que no están filtrados y entregan hasta cinco veces más nicotina que los cigarrillos normales, y los cigarrillos de clavo (también llamados Kreteks) también entregan más nicotina, monóxido de carbono y alquitrán que los cigarrillos normales, y
  • Otros productos de tabaco calentados que usualmente usan un elemento de calentamiento electrónico para calentar barras, tapones o cápsulas especialmente diseñados que contienen El calor libera nicotina (y otras sustancias químicas) que luego pueden inhalarse hacia los pulmones, pero el tabaco no se calienta lo suficiente como para arder. Estos dispositivos no son los mismos que los cigarrillos electrónicos.
  • Bolsas de nicotina, bolsas de nicotina sin tabaco con diferentes sabores que se colocan en la boca.

Pacientes embarazadas y niños

Fumar o usar nicotina durante el embarazo está relacionado con una variedad de resultados deficientes en el parto, que incluyen bajo peso al nacer y parto prematuro, crecimiento restringido de la cabeza, problemas placentarios, mayor riesgo de muerte fetal y mayor riesgo de aborto espontáneo. Respirar humo de otros durante el embarazo también aumenta el riesgo de tener un bebé con bajo peso al nacer, y los bebés que están expuestos al humo de otros tienen un mayor riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante.

Las consecuencias para la salud y el desarrollo de los niños también se han relacionado con la exposición al humo prenatal, incluida una función pulmonar deficiente (que incluye tos, resfriados, bronquitis y neumonía), sibilancias persistentes, asma y dificultades visuales como estrabismo, errores de refracción y retinopatía. Los niños que respiran más humo de segunda mano tienen más infecciones de oído, tos, resfriados, bronquitis y neumonía. Los niños que crecen con padres que fuman tienen más probabilidades de fumar y de tener efectos sobre la salud a largo plazo similares a los de los adultos que fuman.

Equidad en salud

La equidad en la salud en la prevención y el control del tabaquismo se centra en la oportunidad de que todas las personas vivan una vida saludable, independientemente de su raza, nivel de educación, identidad de género, orientación sexual, ocupación, ubicación geográfica o estado de discapacidad. Los programas de control del tabaco, incluidos los servicios para dejar de fumar basados en pruebas, pueden trabajar hacia la equidad en la salud al concentrar los esfuerzos en disminuir la prevalencia del consumo de tabaco y la exposición al humo de otros y de tercera mano, y al mejorar el acceso a los recursos para el control del tabaco, entre las poblaciones que experimentan mayores cargas económicas y de salud relacionadas con el tabaco.

Comercialización de la industria del tabaco

La industria tabacalera gasta miles de millones de dólares anualmente en todo el mundo en publicidad, promoción y patrocinio. Las tácticas de comercialización manipuladoras y depredadoras de la industria tabacalera aumentan el consumo de sus productos y reemplazan a los fumadores que dejan de fumar o mueren. Al invertir enormes sumas de dinero en países de ingresos bajos y medianos, la industria espera aumentar la aceptabilidad social del tabaco y de las empresas tabacaleras. La industria tabacalera también ha empleado durante mucho tiempo estrategias dirigidas a los niños, desde la creación de envases especiales o cigarrillos con sabor a caramelo y cartuchos de cigarrillos electrónicos, y ha utilizado Internet, mensajes de texto y sitios de redes sociales orientados a los jóvenes para anunciar eventos o promociones patrocinados.

La mejor estrategia para combatir las tácticas de comercialización de la industria tabacalera es adoptar y hacer cumplir prohibiciones amplias de publicidad, promoción y patrocinio del tabaco, como se establece en el CMCT de la OMS.

La industria del tabaco afirma que está comprometida a determinar la verdad científica sobre los efectos del tabaco para la salud, con la realización de investigación interna y externa, a través de programas de la industria financiados en forma conjunta. Sin embargo, la industria ha negado, retenido y ocultado consistentemente información sobre los perniciosos efectos del consumo de tabaco.

Las empresas tabacaleras también manipulan la actitud del público acerca de su reputación y, a menudo, se han involucrado en la llamada «responsabilidad social empresarial», que son actividades para promocionar sus productos mientras se presentan a sí mismos como buenos ciudadanos corporativos.

 

RECOMENDACIONES

La AMM recomienda a los gobiernos nacionales:

  1. Aumenten los impuestos al tabaco y sus productos derivados, que es la medida más eficaz para controlar el tabaco para disminuir el consumo de tabaco según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los impuestos también son una herramienta muy rentable y poco costosa. Las mayores ganancias deben ser utilizadas para programas de prevención, programas y servicios para dejar de fumar basados en evidencia y otras medidas de salud.
  2. Exhortar a la Organización Mundial de la Salud a agregar medicamentos para dejar el tabaco con eficacia establecida a la Lista Modelo de la OMS de Medicamentos Mínimos.
  3. Ratificar e implementar totalmente el Convenio Marco para el Control del Tabaco de la OMS.
  4. Implementar una regulación completa de la fabricación, venta, distribución y promoción de tabaco y sus productos derivados, incluida la prohibición total de la publicidad, promoción y asociación del tabaco, incluso en el extranjero. Exigir el empaquetado neutro de los productos de tabaco (como se estipula en la Resolución de la AMM sobre Empaquetado neutro de los cigarrillos, cigarrillos electrónicos y otros productos del tabaco) y envoltorios que incluyan advertencias escritas y con fotos de manera destacada sobre los peligros del tabaco para la salud.
  5. Prohíban fumar en todos los lugares públicos cerrados, incluidos el transporte público, las cárceles, los aeropuertos y los aviones. Exigir a todas las escuelas de medicina, instituciones de investigación biomédica, hospitales y a las instituciones de salud que prohíban fumar y utilizar tabaco sin humo y otros productos derivados del tabaco en sus recintos.
  6. Prohíban la venta, distribución y accesibilidad a cigarrillos o al tabaco a niños o adolescentes. Prohíban la producción, distribución y venta de dulces que representen o parezcan productos de tabaco.
  7. Prohíban todos los subsidios gubernamentales al tabaco y sus productos derivados, ayudar a a los agricultores con plantaciones de tabaco a cambiarse a otros cultivos. Excluir los productos del tabaco de los acuerdos comerciales internacionales y trabajar para disminuir o eliminar el comercio ilegal del tabaco y sus productos derivados y la venta de productos de tabaco de contrabando.
  8. Proporcionar investigación sobre la incidencia del consumo de tabaco y sus productos derivados y su efecto sobre la salud de la población.

La AMM recomienda a las asociaciones médicas nacionales:

  1. Rechazar financiamiento o material educativo de la industria del tabaco y exhortar a las escuelas de medicina, instituciones de investigación e investigadores a hacer lo mismo.
  2. Adoptar políticas que se opongan al tabaquismo y el uso de tabaco y productos derivados del tabaco, y publicitar la política. Respaldar o promover pautas de práctica clínica sobre el tratamiento del consumo y la dependencia del tabaco.
  3. Prohibir fumar y vapear en los locales de las asociaciones médicas nacionales, en todas las reuniones de negocios, sociales, científicas y ceremoniales de la Asociación Médica Nacional, de acuerdo con la decisión de la Asociación Médica Mundial de imponer una prohibición similar.
  4. Desarrollar, apoyar y participar en programas para educar a la profesión y al público sobre los peligros del consumo de tabaco (incluida la adicción) y exposición al humo ajeno.
  5. Introducir o reforzar programas educacionales para estudiantes de medicina y médicos, a fin de prepararlos para identificar y tratar la dependencia del tabaco en sus pacientes.
  6. Expresarse en contra del cambio de enfoque de la comercialización de tabaco de países desarrollados a los menos desarrollados, de adultos a jóvenes, e instar a los gobiernos a hacer lo mismo.
  7. Terminar con la inversión en compañías o firmas que produzcan o promuevan el consumo o la venta de tabaco o sus productos derivados. Desinvertir los activos actuales que apoyen la producción o promoción del tabaco.

La AMM recomienda a los médicos:

  1. Que sean un modelo positivo de comportamiento al no consumir tabaco o sus productos derivados y al ser portavoz para educar y crear conciencia en el público sobre los efectos nocivos del tabaco para la salud y los beneficios de dejar de fumar.
  2. Apoyar un amplio acceso al tratamiento para la dependencia del tabaco basado en evidencia, a través de encuentros individuales con los pacientes, asesoramiento y farmacoterapia, clases, líneas telefónicas, servicios en Internet para dejar el tabaco y otros medios apropiados.
  3. Reconocer que el consumo de tabaco y la exposición al humo de los cigarrillos y la exposición al tabaco consumido por los adultos es perjudicial para los niños. Los médicos deben hacer un esfuerzo especial para:
  • Promover un entorno sin humo de tabaco para los niños.
  • Interpelar a los padres y embarazadas que fuman para realizar intervenciones de cesación del tabaco.
  • Promover programas que contribuyan a la prevención y disminución del consumo de tabaco y sus productos derivados en los jóvenes.
  • Respaldar las políticas para controlar el acceso y la comercialización de los productos de tabaco y dar una prioridad más elevada a la investigación sobre el control del tabaco en los niños.

 

Adoptada por la 49ª Asamblea General de la AMM Hamburgo, Alemania, Noviembre 1997
y reafirmada por la 176ª Sesión del Consejo, Berlin, Alemania, Mayo 2007
y cancelada por la 68ª Asamblea General de la AMM, Chicago, EE.UU., Octubre 2017

La Asociación Médica Británica (BMA) solicita que la Asociación Médica Mundial (AMM) respalde una propuesta presentada por una red de organizaciones médicas*, preocupadas por los problemas de derechos humanos, para la creación de un cargo de relator de la ONU sobre la independencia y la integridad de los profesionales de la salud.

Se considera que el rol del relator complemente la labor ya realizada por una serie de relatores de la ONU sobre problemas como la tortura, ejecuciones arbitrarias, violencia contra la mujer, etc. El nuevo relator estaría encargado de controlar si los médicos pueden desplazarse libremente y que los pacientes tengan acceso a tratamiento médico, sin discriminación de nacionalidad u origen étnico, en zonas de guerra o en situaciones de tensiones políticas. El rol del relator propuesto se detalla en las páginas 2, 3 y 4 de este documento.

La propuesta original fue redactada por un abogado, Cees Flinterman, profesor de derecho constitucional e internacional de la Universidad de Limburg, Maastricht, Holanda. Tiene el respaldo de una variedad de organizaciones médicas descritas al pie de la página*, cuyos intereses son la protección de los derechos humanos y de los médicos que actúan imparcialmente en situaciones de conflicto. Este grupo consultará ampliamente y trabajará con la ayuda de la Comisión Internacional de Juristas a fin de interesar a las Naciones Unidas en esta propuesta.

El Consejo de la BMA respaldó esta propuesta luego de discutirla en 1996. Se agregaría más peso a la campaña si la AMM también apoyara este concepto, cuyo objetivo fundamental es proteger a los médicos y a sus pacientes en situaciones de guerra y en otros casos donde la independencia médica puede verse amenzada por grupos políticos o militares.

* – organizaciones que participan en la red: Amnesty international, British Medical Association, Centre for Enquiry into Health & Allied Themes (Bombay), Graza Community Mental Health, International Committee of the Red Cross, Physicians for Human Rights (en Dinamarca, Israel, Sudáfrica, Reino Unido y Estados Unidos), Asociación Médica Turca y Johannes Weir Foundation.

PROPUESTA PARA UN RELATOR SOBRE LA INDEPENDENCIA Y LA INTEGRIDAD DE LOS PROFESIONALES DE LA SALUD

Objetivos

Si aceptamos que en muchas situaciones de conflicto político (como en guerras civiles o internacionales) o de tensión política (como durante la suspensión de los derechos civiles en un estado de emergencia declarado por el gobierno), los profesionales de la salud son a menudo los primeros, fuera de los círculos de gobierno o militares, en tener información detallada sobre las violaciones de derechos humanos, incluidas las violaciones del derecho de la población a tener acceso al tratamiento médico, una red de médicos está ansiosa de establecer una variedad de mecanismos de información nacionales e internacionales, a fin de lograr los siguientes objetivos:

  1. Controlar el rol de los profesionales de la salud que trabajan en situaciones donde sus derechos de dar tratamiento o los derechos de los pacientes de recibirlo, se ven amenazados.
  2. Hacer llamados para proteger a los profesionales de la salud cuando se encuentren en peligro sólo por sus actividades profesionales o de derechos humanos.
  3. Defender a los pacientes que estén en peligro de ser víctimas de violaciones de derechos humanos por el sólo hecho de buscar tratamiento médico.
  4. Instar a los profesionales de la salud a informar las violaciones de derechos humanos.
  5. Analizar las informaciones de profesionales de la salud que voluntariamente adopten prácticas discriminatorias.El grupo considera que los mecanismos de información existentes de la ONU necesitan ser ampliados. Se considera clave, entre las propuestas de nuevos mecanismos, la creación de un cargo de Relator de la ONU, que reúna la información pertinente que emane de otros mecanismos existentes en la ONU y que sugiera también dónde se pueden establecer a largo plazo otras redes de información útiles, locales y nacionales. Por lo tanto, en base al material preparado por la Escuela de Derecho de la Universidad de Limburg, Maastricht y difundido por el grupo médico holandés, la Johannes Wier Foundation, el grupo hace campaña por un nuevo cargo de Relator de la ONU sobre la Independencia y la Integridad de los Profesionales de la Salud.

Definición del Rol

El rol potencial del Relator de la ONU debe ser definido exhaustivamente de antemano a partir de la experiencia de la persona, y la aplicabilidad práctica de los objetivos debe tener una influencia. Se debe incluir lo siguiente:

  • Recibir, evaluar, investigar e informar sobre las acusaciones de represión dirigidas a los profesionales de la salud o destinadas a impedir que las personas reciban atención médica. El relator debe servir como central donde lleguen los informes de personas, grupos de médicos, ONGs, etc. y además de recibir simplemente información, debe buscar activamente la información, incluidas las visitas a terreno.
  • Tomar los principios existentes que se encuentran en la legislación humanitaria y los códigos de ética médica aplicables en los conflictos armados, para establecer normas específicas sobre el tema de la imparcialidad médica en relación al tratamiento de pacientes en situaciones de conflicto político o armado. Se debe instar a la Asociación Médica Mundial y a las asociaciones médicas nacionales a difundir dicha información a los profesionales de la salud durante su formación. A partir de esto, también se debe contar con la institución de mecanismos para ayudar a los profesionales de la salud a protegerse en situaciones donde los derechos humanos corran riesgos.
  • El relator también debe tener un rol consultativo, que pida las opiniones de asociaciones profesionales nacionales e internacionales, organismos de derechos humanos y organizaciones humanitarias, con respecto a la protección de los profesionales de la salud y a la defensa del derecho de tratar a los pacientes en forma imparcial.
  • El relator debe investigar los informes de profesionales de la salud que transgriedan voluntariamente las normas de imparcialidad y no discriminación.

Problemas dentro de sus Atribuciones

  • La preocupación fundamental es la protección de la naturaleza de la relación médico-paciente de interferencias externas injustificadas, aunque también incluye la transgresión voluntaria de la imparcialidad, de parte de los profesionales de la salud. El rol del relator será de asegurar la independencia, integridad e imparcialidad de los profesionales de la salud.Para asegurar estos objetivos es necesario analizar:
    • si las decisiones de tratamiento de los profesionales de la salud pueden aplicarse sin entrar en conflicto con presiones indebidas de las autoridades.
    • si la integridad física y la capacidad de los profesionales de la salud para actuar conforme a sus principios profesionales están protegidas.
    • si los profesionales de la salud pueden aplicar un tratamiento en base a las necesidades del paciente.
    • si las personas que necesitan tratamiento médico pueden tener acceso a éste de manera segura.
    • si los profesionales de la salud tienen asegurada la libertad de movimiento, en sus funciones de proveedores de atención médica, y si pueden tener acceso a la gente que necesita los servicios médicos.
  • Sus atribuciones serán generales.
  • Por falta de un mecanismo de información, los profesionales de la salud a menudo no pueden tomar medidas contra las violaciones de los derechos del paciente. Uno de los problemas que debe controlar el relator será la introducción de legislación nacional o local, de regulaciones civiles o militares, o de otras reglas que prohíban o limiten la entrega de atención médica a ciertas categorías de paciente.
  • Estará dentro de las atribuciones del relator presentar evidencia o informes de violaciones de imparcialidad médica, incluidas las de los profesionales de la salud que cooperan voluntariamente, a los organismos responsables en el campo médico y a los respectivos gobiernos.
  • Las restricciones generales sobre los servicios médicos o de enfermería entregados a miembros de grupos vulnerables, como los refugiados, soliciantes de asilo, presos, grupos de minorías étnicas, deben ser parte de los problemas controlados por el relator. Este debe contribuir a que los profesionales de la salud cuenten con los medios para poder resistir colectivamente la erosión de dichos derechos del paciente.
  • Las amenazas, intimidaciones o presiones a los profesionales de la salud para discriminar contra los pacientes en base únicamente de consideraciones no médicas, como afiliación étnica, religiosa o racial, deben ser investigadas, incluso si las amenazas no se materializan.
  • Los informes de profesionales de la salud acosados o detenidos simplemente por su profesión o por el ejercicio de sus competencias profesionales, serán investigados por el relator. También serán investigadas las medidas represivas destinadas a evitar que los profesionales de la salud informen sobre las violaciones de la integridad médica. El relator, en consulta con otros organismos, debe presentar medidas para instar a los profesionales de la salud a documentar e informar activamente sobre dichas violaciones.
  • Se investigarán los informes de pacientes a quienes se impida o disuada el acceso al tratamiento médico disponible.

Problemas fuera de sus Atribuciones

Tan importante como definir lo que está dentro de las atribuciones del relator, es aclarar los problemas que quedan fuera de sus atribuciones. Anticipamos que esto también quedará más claro con la práctica y la experiencia. Sin embargo, por el momento sugerimos que:

  • En cada país, se debe enseñar a los profesionales de la salud las responsabilidades éticas que deben a los pacientes y a los pacientes en potencia. Aunque dicha enseñanza no está dentro de las atribuciones del relator, sí lo está el poder informar sobre la imparcialidad médica. A largo plazo, esta función debería idealmente tomarla las escuelas de medicina, organismos profesionales y redes nacionales voluntarias.
  • Aunque las medidas gubernamentales para regular los aspectos de la atención (como la distribución equitativa de recursos médicos o la prioridad de tratamiento en base a la necesidad), por lo general no es un asunto que controle el relator, las medidas extremas que son problables que resulten al quitar los derechos de grupos de pacientes de los servicios médicos o de enfermería, serán controladas e investigadas.
  • El fracaso indiscriminado del gobierno para proporcionar tratamiendo o promoción de la salud a varios o a todos los sectores de la comunidad, no forma parte de las atribuciones del relator.
  • Como la principal preocupación es asegurar el acceso al tratamiento médico de los pacientes que lo necesitan y lo desean, la decisión voluntaria de algunas personas o grupos de pacientes de excluirse (por ejemplo por razones religiosas o culturales) de la medicina tradicional, no forma parte de las atribuciones del relator.

Adoptada por la 48ª Asamblea General, Somerset West, Sudáfrica, octubre 1996,
enmendada por la 58a  Asamblea General, Copenhague, Dinamarca, octubre 2007
Y reafirmada con una revisión menor por la 207ª sesión del Consejo de la AMM, Chicago, Estados Unidos, octubre 2017

 

Introducción

La AMM reconoce que los embarazos no deseados y los embarazos demasiado seguidos pueden tener un efecto adverso grave para la salud de la mujer y de sus hijos. Estos efectos pueden incluir la muerte prematura de la mujer. Los hijos en la familia también pueden sufrir hambre, maltrato o abandono, lo que puede producir la muerte o problemas de salud, cuando las familias no pueden alimentar a todos sus hijos. El funcionamiento social y la capacidad para lograr su potencial completo también pueden verse afectados.

La AMM recuerda su Declaración de Ottawa sobre la Salud del Niño y respalda el derecho universal a la salud de todos los niños en el mundo.

La AMM reconoce los beneficios para la mujer que puede controlar su fertilidad. Se le debe ayudar a que pueda elegir por ella misma y también a plantear esto a su pareja. La capacidad de hacerlo por opción y no por azar es un componente principal de la salud física y mental de la mujer, como también de bienestar social.

El acceso a métodos adecuados de control de fertilidad no es universal, muchas de las mujeres más pobres en el mundo casi no tienen acceso. El conocimiento sobre cómo funciona su cuerpo, información sobre cómo controlar su fertilidad y los materiales necesarios para realizar esa elección son derechos universales y básicos para todas las mujeres.

El 5º Objetivo de Desarrollo Sostenible, meta 6 pide el “acceso universal a la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos”.

 

Recomendaciones

La AMM recomienda que las asociaciones médicas nacionales:

  • Promuevan los beneficios de la educación para la planificación familiar, colaboren con los gobiernos, ONGs y otros grupos a fin de proporcionar servicios y asistencia seguros y de alta calidad.
  • Exijan a los gobiernos asegurarse que dicha información, materiales, productos y servicios estén disponibles sin consideración de nacionalidad, credo, raza, religión o nivel socioeconómico.

 

Adoptada por la 39ª Asamblea Médica Mundial Madrid, España, octubre 1987
y eliminadas en la Asamblea General de la AMM, Santiago 2005

La Asociación Médica Mundial ha adoptado la siguiente declaración con el objeto de ayudar a los médicos a tratar las cuestiones de orden ético y profesional que plantea el progreso científico en el campo de la genética.

ORIENTACION GENETICA

Hay dos campos fundamentales en el diagnóstico genético:

  1. selección o evaluación de los futuros padres, antes de la concepción, a fin de detectar cualquier enfermedad genética y poder prever la probalidad de que se conciba un niño defectuoso; y
  2. examen intrauterino después de la concepción – ultrasonografía, amniosíntesis y fetoscopía – para determinar el estado del feto.
    El médico que trabaja en orientación genética tiene el deber ético de dar a los futuros padres la información básica que les permita tomar, con conocimiento de causa, una decisión con respecto a la concepción de un niño. Al suministrar información a las parejas que deciden procrear, el médico debe respetar las normas éticas y profesionales que han establecido la asociación médica nacional miembro y otros organismos médicos competentes para regir el ejercicio de la medicina en la comunidad.

El progreso de la tecnología ha permitido una mayor exactitud para prever y detectar anomalías genéticas. En el caso de detectarse un defecto genético en el feto, los futuros padres pueden o no solicitar un aborto. El médico por razones morales personales, puede o no oponerse a la anticoncepción, esterilización o aborto en el marco de la orientación genética. Si está a favor o en contra de estos servicios, el médico debe evitar imponer sus valores morales personales y substituir el juicio moral de los futuros padres por el suyo.

El médico que considera que la anticoncepción, la esterilización y el aborto van en contra de sus valores morales y de su conciencia, puede optar por no prestar tales servicios. Sin embargo, si las circunstancias lo requieren, el médico tiene la obligación de advertir a los futuros padres que existe un problema genético potencial y que deben acudir a los servicios de orientación genética de un especialista calificado.

INGENIERIA GENETICA

A medida que la investigación en el campo de la ingeniería genética va avanzando, la comunidad científica, la profesión médica, la industria, el gobierno y el público deben establecer normas adecuadas a fin de reglamentar dicha investigación.

En el caso de que la sustitución de un gen por un ADN normal se convierta en una realidad práctica para el tratamiento de los trastornos humanos, la Asociación Médica Mundial insta a que se tomen en consideración los siguientes factores:

  1. Cuando el procedimiento es realizado en un centro de investigación, se debe tener en cuenta los principios de la Declaración de Helsinki de la AMM, relativos a la investigación biomédica en seres humanos.
  2. Cuando un procedimiento no es realizado en un centro de investigación, se deben observar todas las normas vigentes sobre la práctica médica y la responsabilidad profesional, incluidos los principios de la Declaración de Helsinki.
  3. El procedimiento propuesto debe ser discutido detalladamente con el paciente. El consentimiento de este último, o de su representante legal, debe ser claro, voluntario y por escrito.
  4. No debe haber ningún virus peligroso o no deseado en el ADN viral que contiene el gen substituto o correctivo.
  5. El ADN insertado debe funcionar normalmente dentro de la célula receptora a fin de evitar cualquier trastorno metabólico que pudiera dañar los tejidos sanos y la salud del paciente.
  6. La eficacia de la terapia genética debe ser evaluada lo más cabalmente posible. Esto ha de incluir la determinación de la historia natural de la enfermedad y el examen regular de las generaciones posteriores.
  7. Estos procedimientos no deben ser realizados en el futuro a menos que se haya examinado minuciosamente la disponibilidad y la eficacia de otras terapias posibles. Si existe un tratamiento más sencillo y seguro, debe ser aplicado.
  8. Estas disposiciones deben ser revisadas oportunamente y conforme a la evolución de la técnica y de la información científica.

Adoptada por la 36ª Asamblea Médica Mundial, Singapur, octubre 1984
y reafirmada con una revisión menor por la 215ª sesión del Consejo de la AMM (en línea), Córdoba, España, octubre 2020

La independencia y la libertad profesionales son indispensables al médico para que pueda dispensar una atención adecuada a sus pacientes. Por tal razón, no debe haber ningún obstáculo en base a enfermedad o discapacidad, credo, origen étnico, género, nacionalidad, afiliación política, raza, orientación sexual, posición social o ningún otro factor que impida al médico participar en actividades profesionales que le permitan adquirir la información, conocimiento, competencia y técnicas necesarias para prestar atención médica adecuada a sus pacientes.

Dado que el propósito de la AMM es servir a la humanidad mediante el esfuerzo por alcanzar los niveles más altos en la enseñanza de la medicina, la ciencia médica, el arte de la medicina, la ética médica y el cuidado de la salud para todos los pueblos del mundo, no debe, por lo tanto, existir ninguna barrera que impida a los médicos asistir a reuniones de la AMM o a otras reuniones médicas, no importa el lugar donde ellas sean realizadas.