Adoptada por la 58a Asamblea General de la AMM, Copenhague, Dinamarca, octubre 2007
enmendada por la 
69ª Asamblea General de la AMM, Reikiavik, Islandia, octubre 2018
y cancelada y archivada por la 73ª Asamblea General de la AMM, Berlín, Alemania, octubre 2022

DEFINICION

La telemedicina es el ejercicio de la medicina a distancia, cuyas intervenciones, diagnósticos, decisiones terapéuticas y recomendaciones de tratamientos subsiguientes están basadas en datos de los pacientes, documentos y otra información transmitida a través de sistemas de telecomunicación. La telemedicina puede realizarse entre un médico y un paciente o entre dos o más médicos, incluidos otros profesionales de la salud.

INTRODUCCION

  • El desarrollo y la implementación de la tecnología de información y comunicación crean nuevas formas diferentes de ejercer la medicina. prestar atención médica a los pacientes. La telemedicina se utiliza para los pacientes que no pueden ver un médico oportunamente por inaccesibilidad debido a la distancia, discapacidad física, empleo, compromisos familiares (incluido el cuidado de otros), costo para el paciente y horarios de los médicos. Tiene la capacidad de llegar a algunos pacientes con acceso limitado a la asistencia médica y tiene potencial de mejorar la atención médica.
  • La consulta presencial entre el médico y el paciente es la regla de oro de la atención clínica.
  • Los servicios de la telemedicina deben ser consistentes con los servicios presenciales y respaldados con evidencia.
  • Los principios de la ética médica que son obligatorios para la profesión también deben ser respetados en la práctica de la telemedicina.

PRINCIPIOS

Cuando se practica la telemedicina el médico debe respetar las siguientes normas éticas:

1. La relación médico-paciente debe estar basada en un examen personal y conocimiento suficiente del historial médico del paciente. la telemedicina debe ser utilizada principalmente en situaciones en las que el médico no puede estar presente físicamente en un tiempo seguro y aceptable. También se puede usar en la gestión de enfermedades crónicas o del seguimiento después del tratamiento inicial, cuando se haya probado que es segura y eficaz.

2. La relación médico-paciente en la telemedicina debe estar basada en la confianza y respeto mutuas. por lo tanto, es esencial que el médico y el paciente puedan identificarse con confianza cuando se utiliza la telemedicina. En el caso de consultas entre dos o más profesionales en o entre jurisdicciones diferentes, el médico principal es responsable por la atención y la coordinación del paciente con el equipo médico distante.

3. La relación médico-paciente en la telemedicina debe estar basada en la confianza y respeto mutuas. por lo tanto, es esencial que el médico y el paciente puedan identificarse con confianza cuando se utiliza la telemedicina. En el caso de consultas entre dos o más profesionales en o entre jurisdicciones diferentes, el médico principal es responsable por la atención y la coordinación del paciente con el equipo médico distante.

4. El consentimiento informado adecuado requiere que toda la información necesaria sobre los distintos aspectos de las consultas por telemedicina sea explicada a fondo a los pacientes, incluido, pero no limitado a:

  • explicar cómo funciona la telemedicina,
  • cómo reservar citas,
  • aspectos de privacidad,
  • la posibilidad de fallas tecnológicas, incluidas violaciones de la confidencialidad,
  • protocolos de contacto durante las consultas virtuales,
  • políticas de prescripción y
  • coordinación de atención con otros profesionales de la salud de manera clara y comprensible, sin influenciar la decisión del paciente.

5. Los médicos deben tener en cuenta de que ciertas tecnologías de la telemedicina podrían ser inasequibles para los pacientes y por esto impedir su acceso. Un acceso desigual a la telemedicina puede ampliar aún más la brecha en salud entre ricos y pobres.

Autonomía y privacidad del médico

6. El médico no debe utilizar la telemedicina si infringe el marco legal o ético del país.

7. La telemedicina puede violar potencialmente la privacidad del médico debido a la disponibilidad las 24 horas del día. El médico debe informar a los pacientes la disponibilidad y recomendar servicios como las urgencias cuando no esté accesible.

8. El médico debe ejercer su autonomía profesional al decidir si una consulta por telemedicina versus una presencial es apropiada.

9. El médico debe ejercer su autonomía y discreción al seleccionar la plataforma de telemedicina que utilizará.

Responsabilidades del médico

10. El médico al que se le pide su opinión a través de la telemedicina debe mantener un registro detallado de los consejos que entrega, como también de la información recibida en la cual basó su consejo para asegurar la trazabilidad.

11. Si se toma la decisión de usar la telemedicina, es necesario asegurarse que los usuarios (el paciente y los profesionales de la salud) puedan utilizar el sistema de telecomunicación necesario.

12. El médico debe tratar de asegurarse que el paciente haya comprendido el consejo y las sugerencias de tratamiento entregadas y en lo posible tome medidas para promover la continuidad de la atención.

13. El médico que pide a otro médico consejo o una segunda opinión es responsable del tratamiento y de otras decisiones y recomendaciones dadas al paciente.

14. El médico debe estar consciente y respetar las dificultades e incertidumbres que puedan presentarse cuando esté en contacto con el paciente a través de la telecomunicación. El médico debe estar preparado a recomendar un contacto directo médico-paciente cuando estime que es en beneficio del paciente.

15. El médico sólo debe utilizar la telemedicina en países/jurisdicciones donde tenga licencia para emplearla. Las consultas de jurisdicciones cruzadas sólo deben permitirse entre dos médicos.

16. El médico debe asegurarse que su seguro médico incluye la telemedicina.

Calidad de la atención

17. Se deben utilizar regularmente medidas de evaluación de la calidad de la atención para asegurar la seguridad del paciente y el mejor diagnóstico y prácticas de tratamiento posibles en la telemedicina. La prestación de servicios de telemedicina debe seguir las normas de práctica en base a evidencia hasta donde estén disponibles para asegurar la seguridad del paciente, la calidad de la atención y los resultados de salud positivos. Al igual que todas las intervenciones de salud, se debe probar la eficacia, seguridad, viabilidad y rentabilidad de la telemedicina.

18. Las posibilidades y debilidades de la telemedicina en emergencias deben ser identificadas debidamente. Si es necesario utilizar la telemedicina durante una emergencia, los consejos y sugerencias de tratamientos son influenciados por la gravedad de la condición del paciente y la competencia de las personas que están con el paciente. Las entidades que prestan servicios de telemedicina deben establecer protocolos para los casos de emergencias.

RECOMENDACIONES

  1. La telemedicina se debe adaptar apropiadamente a los marcos reguladores locales, que pueden incluir la licencia de plataformas de telemedicina para beneficio del paciente.
  2. Cuando sea apropiado, la AMM y las asociaciones médicas nacionales deben promover la creación de normas éticas, de práctica, legislación nacional y acuerdos internacionales sobre asuntos relacionados con el uso de la telemedicina, mientras se protege la relación médico-paciente, la confidencialidad y la calidad de la atención médica.
  3. La telemedicina no debe considerarse igual a una atención médica presencial y no debe utilizarse sólo para reducir costos o como un incentivo perverso para servicios excesivos y aumentar las ganancias para los médicos.
  4. El uso de la telemedicina requiere que la profesión identifique explícitamente y gestione las consecuencias adversas en relaciones de compañerismo y patrones de referencia.
  5. Las nuevas tecnologías y estilos de la integración de la práctica pueden necesitar nuevas normas y estándares.
  6. Los médicos deben presionar por una telemedicina ética en beneficio del paciente.

 

Adoptada por la 44ª Asamblea Médica Mundial Marbella, España, Septiembre de 1992
y eliminadas en la Asamblea General de la AMM, Pilanesberg, Sudáfrica, octubre 2006

Las tecnologías y terapias médicas modernas han permitido tratar y controlar (pero no sanar) muchas enfermedades potencialmente fatales. Estos logros médicos en el mundo entero han producido, a su vez, un rápido aumento de la población de inválidos y enfermos crónicos de todas edades. El problema que enfrenta la comunidad de atención médica mundial es cómo entregar la mejor atención a esta población de inválidos y enfermos crónicos (incluyendo la necesidad de crear nuevas tecnologías y organizaciones médico-sociales).

El objetivo de la atención médica en estos casos es controlar la evolución de la enfermedad y ayudar a los pacientes a mantener su independencia y un máximo nivel de función en sus domicilios y comunidades.

El propósito de la atención médica no sólo incluye el diagnóstico y el tratamiento médico, sino que también la educación del paciente sobre la observación y supervisión médica prolongada y cuidado de sí mismo.

Los pacientes deben aprender a realizar una amplia gama de tareas médicas que en el pasado sólo eran llevadas a cabo por personal médico capacitado. Dichas tareas varían desde las de un paciente diabético que controla su nivel de glucosa en la sangre 2 o 4 veces diarias y regula la dosis de insulina apropiada, hasta las de un paciente con un marcapasos que aprende a utilizar el equipo para enviar una cinta con el ritmo electrocardiográfico por teléfono a la consulta del médico local o a un centro de observación distante.

La tecnología de las telecomunicaciones ha abierto nuevas vías para que el médico reúna información y organice las necesidades médicas de sus pacientes a distancia. En la actualidad, mucha información médica puede ser transmitida por teléfono, incluyendo los electrocardiogramas, encefalogramas, rayos X, fotografías y documentos médicos de todo tipo. Dicha información se puede reunir y enviar desde el domicilio de un paciente a un centro médico principal para su interpretación y asesoría sobre el tratamiento. El rápido intercambio de información médica permite al paciente permanecer en su propio domicilio y comunidad, como también recibir la más completa y moderna atención médica.

La Asociación Médica Mundial reconoce que la telemedicina sin duda tendrá una función cada vez más importante en el ejercicio de la medicina en el futuro.

Para poner en marcha un sistema de televigilancia se necesita tocar los siguientes temas:

  • Una estación central necesita poder recibir y responder a las llamadas que llegan de distintos sistemas de bio-televigilancia.
  • Se necesita un sistema interactivo, como el sistema de interfonía, que permite dialogar e intervenir.
  • La red de telemedicina debe establecer un vínculo médico desde el domicilio del paciente hasta el centro médico más avanzado.

Para poner en funcionamiento los sistemas de televigilancia se necesita:

  1. La utilización de sistemas de comunicación (teléfonos, televisión, satélites) para permitir a los médicos una consulta visual y la cooperación a distancia entre médicos, como también para conectar los establecimientos médicos de alta técnica con:
    1. centros médicos más pequeños
    2. domicilios particulares
    3. clínicas de convalecencia
    4. áreas geográficamente aisladas y distantes o que no tienen fácil acceso en casos de emergencia.
  2. Transmisión de documentos: electrocardiogramas, encefalogramas, fotografías, radiografías, scanners, análisis biológicos, ecogramas, imágenes de resonancia magnética, historia clínica del paciente, etc.
    • descripción de síntomas
    • recomendaciones terapéuticas y médico-quirúrgicas
  3. Atención a domicilio (red de televigilancia); control en cardiología, obstetricia, diálisis renal, problemas respiratorios, impedimentos físicos graves, etc.

La Asociación Médica Mundial reconoce además que las dificultades tecnológicas que presenta el proyecto y puesta en marcha de los sistemas de telemedicina, existen también muchos problemas éticos y legales en estas nuevas prácticas. Por lo tanto, la Asociación Médica Mundial recomienda que los médicos utilicen las siguientes normas como elementos claves en el establecimiento de un sistema/red efectivo de telemedicina.

  1. El médico debe determinar que el paciente o la familia sea competente y esté bien informada antes de iniciar un sistema de telemedicina. Los sistemas que se basan en el paciente o la familia para reunir y enviar información, no serían eficaces si los pacientes no entienden el significado de las pruebas y la importancia de completarlas. La cooperación sicológica y física del paciente es esencial.
  2. Debe existir una estrecha colaboración y confianza entre el paciente y el médico responsable de su atención. Las organizaciones que proporcionan servicios de telemedicina deben respetar el derecho del paciente de elegir su médico personal.
  3. La estrecha colaboración entre el médico personal del paciente y el personal del centro de telemedicina, es esencial para asegurar una atención de calidad, individualizada y humana.
  4. Se debe asegurar el carácter confidencial de todos los antecedentes del paciente. Debe existir un estricto control de acceso a los antecedentes, protección tecnológica y penas legales severas por infracción.
  5. El control de la calidad del equipo utilizado y de la información enviada es esencial para asegurar una atención adecuada. Estrictos sistemas de control para la calibración y mantención de equipos son necesarios para la seguridad del paciente.

Adoptada por la 51ª Asamblea General de la Asociación Médica Mundial Tel Aviv, Israel, octubre 1999
y eliminadas en la Asamblea General de la AMM, Pilanesberg, Sudáfrica, octubre 2006

INTRODUCCIÓN

  1. Durante muchos años, los médicos han utilizado la tecnología de las comunicaciones, como el teléfono y el fax, en beneficio de sus pacientes. Constantemente se desarrollan nuevas técnicas de información y comunicación que facilitan el intercambio de información entre médicos y también entre médicos y pacientes. La telemedicina es el ejercicio de la medicina a distancia, cuyas intervenciones, diagnósticos, decisiones de tratamientos y recomendaciones están basadas en datos, documentos y otra información transmitida a través de sistemas de telecomunicación.
  2. La utilización de la telemedicina tiene muchas ventajas potenciales y su demanda aumenta cada vez más. Los pacientes que no tienen acceso a especialistas, o incluso a veces a atención básica, pueden beneficiarse mucho con esta utilización. Por ejemplo, la telemedicina permite la transmisión de imágines médicas para realizar una evaluación a distancia en las especialidades tales como radiología, patología, oftalmología, cardiología, dermatología y ortopedia. Esto puede facilitar mucho los servicios del especialista, al mismo tiempo que disminuye los posibles riesgos y costos relativos al transporte del paciente y/o la imagen de diagnóstico. Los sistemas de comunicaciones como la videoconferencia y el correo electrónico permiten a los médicos de diversas especialidades consultar con colegas y pacientes con mayor frecuencia, y mantener excelentes historiales de las consultas. La telecirugía o la colaboración electrónica entre sitios sobre telecirugía, hace posible que cirujanos con menos experiencia realicen operaciones de urgencia con el asesoramiento y la ayuda de cirujanos expertos. Los continuos avances de la tecnología crean nuevos sistemas de atención de pacientes que ampliarán el margen de los beneficios que ofrece la telemedicina a mucho más de lo que existe ahora. Además, la telemedicina ofrece un mayor acceso a la educación y la investigación médica, en especial para los estudiantes y los médicos que se encuentran en regiones apartadas.
  3. La Asociación Médica Mundial reconoce que, además de las consecuencias positivas de la telemedicina, existen muchos problemas éticos y legales que se plantean con su utilización. En especial, al eliminar una consulta en un lugar común y el intercambio personal, la telemedicina altera algunos principios tradicionales que regulan la relación médico-paciente. Por lo tanto, hay ciertas normas y principios éticos que deben aplicar los médicos que utilizan la telemedicina.
  4. Puesto que este campo de la medicina está creciendo tan rápidamente, esta Declaración debe ser revisada periódicamente a fin de asegurar que trata los problemas más recientes e importantes.

    Tipos de Telemedicina

  5. La posibilidad de que los médicos utilicen la telemedicina depende del acceso a la tecnología y éste no es el mismo en todas partes del mundo. Sin ser exhaustiva, la siguiente lista describe los usos más comunes de la telemedicina en el mundo de hoy:
    1. Una interacción entre el médico y el paciente geográficamente aislado o que se encuentra en un medio hostil y que no tiene acceso a un médico local. Llamada a veces teleasistencia, este tipo está por lo general restringido a circunstancias muy específicas (por ejemplo, emergencias).
    2. Una interacción entre el médico y el paciente, donde se transmite información médica electrónicamente (presión arterial, electrocardiogramas, etc.) al médico, lo que permite vigilar regularmente el estado del paciente. Llamada a veces televigilancia, esta se utiliza con más frecuencia para los pacientes con enfermedades crónicas, como la diabetes, hipertensión, minusvalías físicas o embarazos difíciles. En algunos casos, se puede proporcionar una formación al paciente o un familiar para que recolecte y transmita la información necesaria. En otros casos, una enfermera, tecnólogo médico u otra persona especialmente calificada puede hacerlo para obtener resultados seguros.
    3. Una interacción donde el paciente consulta directamente al médico, utilizando cualquier forma de telecomunicación, incluido el internet. Llamada a veces teleconsulta o consultas en conexión directa, donde no hay una relación médico-paciente existente ni exámenes clínicos, y donde no hay un segundo médico en el mismo lugar, conlleva ciertos riesgos. Por ejemplo, incertitudes relativas a la confianza, confidencialidad y seguridad de la información intercambiada, también la identidad y credenciales del médico.
    4. Una interacción entre dos médicos: uno físicamente presente con el paciente y otro reconocido por ser muy competente en un problema médico. La información médica se transmite electrónicamente al médico que consulta, quien debe decidir si puede ofrecer en forma segura su opinión, basada en la calidad y cantidad de información recibida.
  6. Independiente del sistema de telemedicina que utiliza el médico, los principios de ética médica a los que está sujeta mundialmente la profesión médica nunca deben comprometerse.

    PRINCIPIOS

    Relación Médico-Paciente

  7. La telemedicina no debe afectar adversamente la relación individual médico-paciente. Cuando es utilizada de manera correcta, la telemedicina tiene el potencial de mejorar esta relación a través de más oportunidades para comunicarse y un acceso más fácil de ambas partes. Como en todos los campos de la medicina, la relación médico-paciente debe basarse en el respeto mutuo, la independencia de opinión del médico, la autonomía del paciente y la confidencialidad profesional. Es esencial que el médico y el paciente se puedan identificar con confianza cuando se utilice la telemedicina.
  8. La principal aplicación de la telemedicina es la situación donde el médico tratante necesita la opinión o consejo de otro colega, a solicitud o con el permiso del paciente. Sin embargo, en algunos casos, el único contacto del paciente con el médico es a través de la telemedicina. Idealmente, todos los pacientes que necesitan ayuda médica deben ver a un doctor en una consulta personal y la telemedicina debe limitarse a situaciones donde el médico no puede estar físicamente presente en un tiempo aceptable y seguro.
  9. Cuando el paciente pide una consulta directa de telemedicina, idealmente sólo debe darse cuando el médico ya tenga una relación profesional con el paciente o tenga un conocimiento adecuado del problema que se presenta, de modo que el médico pueda tener una opinión clínica correcta y justificable. Sin embargo, se debe reconocer que muchos servicios de salud que no cuentan con relaciones pre-existentes (como centros de orientación por teléfono y ciertos tipos de servicios en regiones apartadas) son considerados como servicios valiosos y, por lo general, funcionan bien dentro de sus estructuras apropiadas.
  10. En una emergencia en que se utilice la telemedicina, la opinión del médico puede tener que basarse en información incompleta, pero en esos casos, la urgencia clínica de la situación será el factor determinante para entregar una opinión o un tratamiento. En esta situación excepcional, el médico es responsable legalmente de sus decisiones.

    Responsabilidades del Médico

  11. El médico queda en libertad y completa independencia de decidir si utiliza o recomienda la telemedicina para su paciente. La decisión de utilizar o rechazar la telemedicina debe basarse solamente en el beneficio del paciente.
  12. Cuando se utiliza la telemedicina directamente con el paciente, el médico asume la responsabilidad del caso en cuestión. Esto incluye el diagnóstico, opinión, tratamiento e intervenciones médicas directas.
  13. El médico que pide la opinión de otro colega es responsable del tratamiento y de otras decisiones y recomendaciones entregadas al paciente. Sin embargo, el tele-experto es responsable ante el médico tratante de la calidad de la opinión que entrega y debe especificar las condiciones en las que la opinón es válida. Está obligado a no participar si no tiene el conocimiento, competencia o suficiente información del paciente para dar una opinión bien fundamentada.
  14. Es esencial que el médico que no tiene contacto directo con el paciente (como el tele-experto o un médico que participa en la televigilancia) pueda participar en procedimientos de seguimiento, si es necesario.
  15. Cuando personas que no son médicos participen en la telemedicina, por ejemplo en la recolección o transmisión de datos, vigilancia o cualquier otro propósito, el médico debe asegurarse que la formación y la competencia de estos otros profesionales de la salud sea adecuada, a fin de garantizar una utilización apropiada y ética de la telemedicina.

    Rol del Paciente

  16. En algunas situaciones, el paciente asume la responsabilidad de la recolección y transmisión de datos al médico, como en el caso de la televigilancia. Es obligación del médico asegurar que el paciente ha recibido una formación apropiada de los procedimientos necesarios, que es físicamente capaz y que entiende bien la importancia de su rol en el proceso. El mismo principio se debe aplicar a un miembro de la familia o a otra persona que ayude al paciente a utilizar la telemedicina.

    El Consentimiento y Confidencialidad del Paciente

  17. Las reglas corrientes del consentimiento y confidencialidad del paciente también se aplican a las situaciones de telemedicina. La información del paciente y de otro tipo puede transmitirse al médico o a otro profesional de la salud, sólo si lo solicita el paciente o con su consentimiento informado y lo aprobado por éste. La información transmitida debe ser pertinente al problema en cuestión. Debido a los riesgos de filtración de información inherentes a ciertos tipos de comunicación electrónica, el médico tiene la obligación de asegurar que se hayan aplicado todas las normas de medidas de seguridad establecidas para proteger la confidencialidad del paciente.

    Calidad de la Atención y Seguridad en la Telemedicina

  18. El médico que utiliza la telemedicina es responsable de la calidad de la atención que recibe el paciente y no debe optar por la consulta de telemedicina, a menos que considere que es la mejor opción disponible. Para esta decisión el médico debe tomar en cuenta la calidad, el acceso y el costo.
  19. Se deben usar regularmente medidas de evaluación de la calidad, a fin de asegurar el mejor diagnóstico y tratamiento posibles en la telemedicina. El médico no debe utilizar la telemedicina sin asegurarse de que el equipo necesario para el procedimiento sea de un nivel de calidad suficientemente alto, que funcione en forma adecuada y que cumpla con las normas reconocidas. Se debe disponer de sistemas de soporte en caso de emergencia. Se deben utilizar controles de calidad y procedimientos de calibración para vigilar la precisión y calidad de la información recolectada y transmitida. Para todas las comunicaciones de telemedicina se debe contar con un protocolo establecido que incluya los asuntos relacionados con las medidas apropiadas que se deben tomar en caso de falla del equipo o si un paciente tiene problemas durante la utilización de la telemedicina.

    Calidad de la Información

  20. El médico que ejerce la medicina a la distancia sin ver el paciente debe evaluar cuidadosamente la información que recibe. El médico sólo puede dar opiniones y recomendaciones médicas o tomar decisiones médicas, si la calidad y la cantidad de la información recibida es suficiente y pertinente para el caso en cuestión.

    Autorización y Competencia para Utilizar la Telemedicina

  21. La telemedicina ofrece la oportunidad de aumentar el uso eficaz de los recursos humanos médicos en el mundo y debe estar abierta a todos los médicos, incluso a través de las fronteras nacionales.
  22. El médico que utiliza la telemedicina debe estar autorizado a ejercer la medicina en el país o estado donde reside y debe ser competente en su especialidad. Cuando utilice la telemedicina directamente con un paciente ubicado en otro país o estado, el médico debe estar autorizado a ejercer en dicho estado o país, o debe ser un servicio aprobado internacionalmente.

    Historial Clínico del Paciente

  23. Todos los médicos que utilicen la telemedicina deben mantener historiales clínicos adecuados de los pacientes y todos los aspectos de cada caso deben estar documentados debidamente. Se debe registrar el método de identificación del paciente y también la cantidad y calidad de información recibida. Se deben registrar adecuadamente los hallazgos, recomendaciones y servicios de telemedicina utilizados y se debe hacer todo lo posible para asegurar la durabilidad y la exactitud de la información almacenada.
  24. El experto que es consultado a través de la telemedicina también debe mantener un historial clínico detallado de las opiniones que entrega y también de la información en que se basaron.
  25. Los métodos electrónicos de almacenamiento y transmisión de la información del paciente, sólo puede ser utilizados cuando se hayan tomado medidas suficientes para proteger la confidencialidad y la seguridad de la información registrada o intercambiada.

    Formación en Telemedicina

  26. La telemedicina es un campo prometedor para el ejercicio de la medicina y la formación en este campo debe ser parte de la educación médica básica y continua. Se deben ofrecer oportunidades a todos los médicos y otros profesionales de la salud interesados en la telemedicina.

    RECOMENDACIONES

  27. La Asociación Médica Mundial recomienda que las asociaciones médicas nacionales:
    1. adopten la Declaración de la Asociación Médica Mundial sobre las Responsabilidades y Normas Eticas en la Utilización de la Telemedicina;
    2. promuevan programas de formación y de evaluación de las técnicas de telemedicina, en lo que concierne la calidad de la atención, relación médico-paciente y eficacia en cuanto a costos;
    3. elaboren e implementen, junto con las organizaciones especializadas apropiadas, normas de ejercicio que deben usarse como un instrumento en la formación de médicos y otros profesionales de la salud que puedan utilizar la telemedicina;
    4. fomenten la creación de protocolos estándares, para aplicación nacional e internacional, que incluyan los problemas médicos y legales, como la inscripción y responsabilidad del médico, y el estado legal de los historiales médicos electrónicos, y
    5. establezcan normas para el funcionamiento adecuado de las teleconsultas, que incluyen también los problemas de comercialización y explotación generalizadas.
  28. La AMM sigue vigilando la utilización de la telemedicina en sus distintas formas.

Adoptada por la 66a Asamblea General de la AMM, Moscú, Rusia, octubre 2015
y cancelada y archivada por la 73ª Asamblea General de la AMM, Berlín, Alemania, octubre 2022

INTRODUCCION

La salud móvil (msalud) es una forma de salud electrónica  (esalud) para la que no existe una definición fija. Se ha descrito como una práctica médica y de salud pública con el apoyo de dispositivos móviles, como los teléfonos móviles, aparatos de monitoreo de pacientes, asistentes digitales personales (PDAs) y otros dispositivos destinados a ser utilizados con dispositivos móviles. Incluye servicios de voz y mensajería corta, aplicaciones (apps) y el uso del sistema de posicionamiento global (GPS).

Se deben implementar políticas y resguardos suficientes para regular la recopilación, almacenamiento, protección y procesamiento de la información de los usuarios de la salud móvil, en especial la información sobre salud. Los usuarios de la msalud deben ser informados sobre cómo su información personal es recopilada, almacenada, protegida y procesada y se debe obtener su consentimiento antes de entregarla a terceros, por ejemplo investigadores, gobiernos o compañías de seguros.

El monitoreo y la evaluación de la salud móvil deben implementarse con cuidado a fin de evitar la desigualdad en el acceso a estas tecnologías. Cuando sea apropiado, los servicios sociales y de salud deben facilitar el acceso a las tecnologías de msalud como parte de las ofertas básicas y se deben tomar todas las precauciones necesarias para garantizar la seguridad y la privacidad de la información. El acceso a las tecnologías de la salud móvil no debe ser negado a nadie en base a sus recursos económicos o falta de conocimientos técnicos.

Las tecnologías de salud móvil cubre una gran variedad de funciones. Pueden ser utilizadas para:

  • promocionar la salud (estilos de vida), como aplicaciones en las que los usuarios introducen las calorías ingeridas o sensores de movimiento que hacen un seguimiento del ejercicio.
  • servicios que necesitan los conocimientos de los médicos, como los SMS que envían consejos a las embarazadas o sensores portables para monitorear las enfermedades crónicas como la diabetes. Las tecnologías de salud móvil con frecuencia cumplen con la definición de dispositivo médico y pueden incluir olvidos con riesgos y regulaciones con todas sus consecuencias.

La salud móvil también puede utilizarse para el envío de información entre los profesionales de la salud, por ejemplo, proporcionar a los médicos una red gratis de acceso a teléfonos móviles en lugares de pocos recursos.

Los avances tecnológicos y la creciente prevalencia y asequibilidad de los dispositivos móviles ha producido un aumento exponencial en la cantidad y variedad de los servicios de salud móvil, tanto en los países desarrollados como en los emergentes. Al mismo tiempo, este sector relativamente nuevo y que evoluciona con rapidez sigue en gran parte sin regulaciones, lo que puede tener consecuencias potenciales para la seguridad del paciente.

La salud móvil tiene el potencial de proporcionar y desarrollar más aún los servicios de salud existentes al aprovechar la mayor prevalencia de los dispositivos móviles a fin de facilitar el acceso a la atención médica, mejorar el autocontrol del paciente, permitir las interacciones electrónicas entre pacientes y sus médicos y disminuir potencialmente los costos de salud. Existen variaciones regionales y demográficas importantes en el uso potencial y los beneficios de la salud móvil. El uso de ciertos servicios de msalud puede ser más apropiado en algunos lugares que otros.

Por lo general, las tecnologías de la salud móvil incluyen la medición o el ingreso manual de información fisiológica, de estilo de vida, de actividad y medioambiental, a fin de cumplir con su objetivo principal. La gran cantidad de información que se genera de esta manera también ofrece un amplio espectro para la investigación en la prestación de atención médica eficaz y la prevención de enfermedades. No obstante, este uso secundario de la información personal también tiene un gran potencial de mal uso y abuso que muchos usuarios de los servicios de salud móvil desconocen.

La expansión de los servicios de msalud ha sido estimulada en gran medida por el mercado y muchas tecnologías se han desarrollado de manera descoordinada y experimental, como también sin la consideración apropiada de los aspectos de la protección y seguridad de la información o seguridad del paciente. A menudo es imposible que los usuarios sepan si la información difundida a través de la salud móvil proviene de una fuente médica fiable. Los principales desafíos que enfrenta el mercado de salud móvil son la calidad de las tecnologías de msalud y si su uso ayuda finalmente a  que los pacientes o médicos logren el objetivo inicial.

En la actualidad falta una regulación y evaluación completas de la eficacia, calidad y rentabilidad de las tecnologías y servicios de la salud móvil, lo que tiene consecuencias para la seguridad del paciente. Estos factores son cruciales para la integración de los servicios de la msalud en la prestación de atención médica regular.

RECOMENDACIONES

  1. La AMM reconoce el potencial de la salud móvil para complementar las maneras tradicionales de administrar salud y prestar atención médica. Aunque la salud móvil puede ofrecer ventajas para los pacientes que de otra manera no pueden tener acceso a los servicios de un médico, no es universalmente apropiada, ni tampoco siempre es una forma ideal de diagnóstico y opción de tratamiento. Cuando se disponga de un tratamiento en persona, casi siempre es más ventajoso para el paciente.
  2. La motivación del desarrollo de la msalud debe ser la necesidad de eliminar las deficiencias en la prestación de atención médica o mejorar la calidad de la atención.
  3. La AMM insta a los pacientes y médicos a tener mucho discernimiento cuando usen la salud móvil y ser conscientes de los potenciales riesgos y consecuencias.
  4. Se debe hacer una clara distinción entre las tecnologías de la msalud usadas para objetivos de estilo de vida y las que necesitan el conocimiento médico de los profesionales y cumplen con la definición de dispositivos médicos. Este último debe ser regulado apropiadamente y los usuarios deben poder verificar la fuente de información entregada. Esta información debe ser clara, fiable y no técnica, por ende comprensible para todos.
  5. El trabajo concertado debe mejorar la interoperabilidad, confiabilidad, funcionalidad y seguridad de las tecnologías de la salud móvil, por ejemplo a través de la elaboración de normas y esquemas de certificación.
  6. Las autoridades competentes con conocimientos médicos apropiados deben realizar evaluaciones completas e independientes de manera regular a fin de evaluar la funcionalidad, limitaciones, integridad de información, seguridad y privacidad de las tecnologías de salud móvil.  Esta información debe estar disponible para el público.
  7. La salud móvil solo puede ser una contribución positiva para mejorar la atención, si los servicios se justifican médicamente. Cuando se reúna evidencia de la utilidad clínica, los resultados deben ser publicados en revistas revisadas por los pares y ser reproducibles.
  8. Se deben establecer modelos de reembolso adecuados en consulta con las asociaciones médicas nacionales y los proveedores de salud, a fin de asegurar que los médicos reciban una compensación apropiada por su participación en las actividades de salud móvil.
  9. Se debe establecer un marco legal claro para identificar las posibles responsabilidades en el uso de tecnologías de salud móvil.
  10. Los médicos que utilicen las tecnologías de la salud móvil para prestar atención médica deben tomar en cuenta las normas éticas estipuladas en la Declaración de la AMM sobre los Principios Directivos para el uso de la Telesalud para la Prestación de Atención Médica.
  11. Es importante considerar los riesgos del uso excesivo e inapropiado de las tecnologías de salud móvil y el posible impacto psicológico que puede tener en los pacientes.