Declaración de la AMM sobre la Prevención y disminución de la contaminación atmosférica para mejorar la calidad del aire
Adoptada por la 75ª Asamblea General de la AMM, Helsinki, Finlandia, octubre 2024
INTRODUCCION
El impacto de la contaminación atmosférica sobre la salud, especialmente entre las poblaciones vulnerables, requiere directrices específicas para los profesionales de la salud. Al reconocer las características únicas de la contaminación del aire, esta declaración intenta abogar por una mejor salud, fomentar la colaboración transfronteriza y reforzar la relación entre la calidad ambiental y el bienestar humano.
Contaminación atmosférica y su impacto en la salud
La contaminación atmosférica plantea un importante riesgo ambiental global para la salud humana y contribuye significativamente a la morbilidad y mortalidad evitables en todo el mundo1. Cada año se producen 8.1 millones de muertes prematuras debido a los efectos combinados de la contaminación del aire ambiental y doméstico2.
Los contaminantes del aire son uno de los principales factores de riesgo para la carga de enfermedades no transmisibles, que provocan accidentes cerebrovasculares, infartos de miocardio, cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias crónicas3,4. También aumenta el riesgo de asma infantil y la gravedad del asma.
Los contaminantes atmosféricos son una amplia gama de sustancias nocivas que contaminan el aire que respiramos. Estos incluyen gases como dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, metano y compuestos orgánicos volátiles, también la materia particulada como humo, hollín (carbón negro) y polvo fino5.
En 2022, la OMS estimó que el 99% de la población mundial estuvo expuesta a concentraciones de contaminación atmosférica que excedían los límites de calidad del aire de la OMS4.
Si bien ninguna región del mundo se ha librado, los países de ingresos bajos y medianos los que tienen la más grande carga de muertes prematuras asociadas a la contaminación del aire6,7.
Sin la implementación de intervenciones agresivas, se prevé que el número de muertes prematuras causadas por la contaminación atmosférica aumentará en más del 50% para el año 20501.
Las fuentes de contaminación atmosférica
Se ha destacado que la quema de combustibles fósiles y las emisiones de los vehículos propulsados por gasolina y diésel son los principales contribuyentes a la mortalidad relacionada con la contaminación del aire, especialmente en las zonas urbanas6.
El hollín del diésel es un carcinógeno comprobado con efectos tóxicos en los sistemas cardiovascular y respiratorio8,10.
La contaminación del aire en los hogares, causada en gran medida por fuegos abiertos para cocinar y los hornos ineficaces, es un principal factor de riesgo de mortalidad infantil, que contribuye a aproximadamente el 50% de las muertes por infecciones agudas de las vías respiratorias inferiores, incluida la neumonía, en niños menores de cinco años3.
Más allá de los contaminantes tradicionales transportados por el aire, la contaminación biológica del aire – patógenos transportados por el aire, como las bacterias, virus y hongos, en particular en ambientes interiores – ha ganado atención.
Las personas infectadas puede contribuir a la contaminación atmosférica, y enfatiza la necesidad de estrategias de prevención apropiadas y un control de la calidad del aire.
Los plásticos contribuyen a la contaminación atmosférica directamente a través de su combustión al aire libre y a través de los microplásticos transportados por el viento y las corrientes de aire11.
RECOMENDACIONES
La AMM reconoce la gravedad de las consecuencias que se derivan de la contaminación del aire e insta a las siguientes partes interesadas a tomar medidas con prontitud para lograr un aire limpio.
La AMM y sus miembros constituyentes deben:
- Colaborar con las autoridades locales, regionales y nacionales para crear conciencia pública sobre los impactos de la contaminación atmosférica en la salud y la importancia de su prevención.
- Trabajar junto con los gobiernos para elaborar e implementar estrategias para mejorar la calidad del aire, como se identifica en las normas de la OMS sobre calidad del aire12 y mitigar los efectos de la contaminación atmosférica. Estas estrategias deben considerar el contexto local y reflejar la evidencia científica más reciente.
- Abogar por y apoyar la integración de los impactos de la contaminación atmosférica en la salud y sus soluciones en los planes de estudios médicos y los programas de educación profesional, fomentando una comprensión integral y un enfoque proactivo entre los profesionales de la salud.
- Instar la colaboración entre la medicina organizada y otras partes interesadas, incluidos organismos gubernamentales y organizaciones internacionales, para elaborar mejores prácticas a fin de bajar al mínimo las emisiones de gas a efecto invernadero y el uso de plástico en el contexto de atención médica.
La AMM insta a los gobiernos a:
- Reconocer que la contaminación atmosférica tiene un impacto negativo en la salud humana y la sostenibilidad ambiental y que las desigualdades en salud existentes exacerban la susceptibilidad a los peligros ambientales.
- Reconocer el importante papel de los determinantes sociales y ambientales de la salud y esforzarse por incluirlos en los procesos de formulación de políticas, por ejemplo, mediante la realización de evaluaciones del impacto sobre la equidad en salud.
- Asignar recursos y financiación para reducir y monitorear la calidad del aire e implementar la prevención y medidas efectivas de control de la contaminación, particularmente en áreas densamente pobladas, conforme con los estándares de calidad del aire de la OMS.
- Mejorar los sistemas de alerta temprana para los períodos previstos de mala calidad del aire y preparar los sistemas de salud para manejar eficazmente los impactos en la salud relacionados con la contaminación atmosférica.
- Implementar medidas que mejoren la calidad del aire, como aumentar el acceso a energía limpia y crear espacios verdes.
- Tomar medidas hacia un transporte saludable y sostenible mediante la implementación de estrategias para descarbonizar el sector del transporte, como hacer cumplir normas más estrictas sobre emisiones de vehículos, promover el transporte público e implementar infraestructura para caminar y andar en bicicleta.
- Invertir en y apoyar la investigación y la innovación para tecnologías y prácticas más limpias en el sector de la salud.
- Establecer directrices y normas para niveles aceptables de contaminantes biológicos en el aire interior, incluidas políticas para alcanzar esos objetivos, como garantizar una ventilación y filtración del aire adecuadas.
- Esforzarse por lograr una buena gobernanza ambiental mediante la elaboración de estrategias, políticas y medidas sostenibles para abordar los peligros ambientales y adoptar un enfoque de principio de precaución para proteger la salud.
La AMM recomienda a los organismos internacionales e intergubernamentales:
- Reconocer y promover el acceso al aire limpio, respirable y libre de contaminantes nocivos como un derecho humano básico para todas las personas en todo el mundo.
- Trabajar con los gobiernos para actualizar las políticas de salud pública, dar prioridad al control de la contaminación atmosférica y reforzar los esfuerzos en la promoción de la salud y la disminución de la contaminación.
- Abogar por la máxima reducción de todas las fuentes de contaminación atmosférica, reconocer que es muy importante para la sostenibilidad que las actividades antropogénicas (humanas) operen dentro de los límites seguros del ecosistema de la Tierra.
- Promover y apoyar a los gobiernos en la realización de evaluaciones de impacto en la salud en todos los sectores políticos pertinentes, capacitándolos para reducir de manera proactiva la exposición a la contaminación atmosférica y salvaguardar la salud pública.
La AMM insta a los médicos a:
- Mantenerse informados sobre los efectos de la contaminación atmosférica en la salud.
- Considerar la contaminación del aire como un factor de riesgo ambiental potencial en las consultas pertinentes de pacientes y cuando corresponda promover modificaciones en el estilo de vida y medidas de prevención que minimicen la exposición a los contaminantes.