Presidente de la AMM recalca desigualdad en salud en el mundo


El Presidente de la Asociación Médica Mundial, Dr. Cecil Wilson, ha recalcado la desigualdad total en salud en el mundo.

Durante su intervención en la All Nepal Medical Conference en Katmandú, el Dr. Wilson afirmó que no hay uniformidad a nivel mundial. Algunos países tienen sistemas de salud para la población y otros no.

De aproximadamente 200 países en el mundo, sólo 40 países desarrollados económicamente tienen sistemas de salud organizados. En consecuencia, la mayoría de las personas en el mundo nunca consultan a un médico en toda su vida.

El Dr. Wilson dijo que los países ricos cubren sus necesidades de profesionales de la salud al contratarlos de los países más pobres. En grandes regiones de Africa, Asia y zonas rurales de Sudamérica la disponibilidad de personal de la salud no cubre al tamaño de la población.

Si se considera la carga mundial de enfermedades en los diferentes continentes, Africa que tiene un 25% de enfermedades cuenta con menos de 5% de la mano de obra mundial y el gasto en salud es mínimo. Por otro lado, en América del Norte con sólo 10% de las enfermedades tiene 38% de la mano de obra mundial y el gasto en salud es muy alto.

Cuando se toma en cuenta el porcentaje de médicos en los países desarrollados económicamente que fueron formados en el extranjero, 34% de los médicos de Nueva Zelandia, 32% de los del Reino Unido y 28% de los de Estados Unidos recibieron su educación en el extranjero. Pero Sudáfrica tiene 38% de sus médicos que ejercen su profesión fuera del país, Ghana un 29%, Angola 19% y Nigeria 12%.

«Todos estos países con un alto porcentaje de enfermedades cuentan con una mano de obra en salud inadecuada», expresó el Dr. Wilson. «En resumen, son los países que menos pueden soportar la fuga de cerebros».

A nivel mundial se trata de controlar los costos cada vez más elevados, problema independiente del tipo de sistema en funcionamiento. Los países sin un sistema de salud organizado estudian cómo lograr una cubertura universal para todos sus habitantes. Para saber si un sistema funcionará en un país se deben considerar sus objetivos y valores. En otras palabras, no existe evidencia que permita afirmar que un  modelo es mejor que otro.