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Manual de Políticas de la AMM
S-1988-05-2011 ⏐ Asociación Médica Mundial
DECLARACIÓN DE LA AMM
SOBRE
LOS PELIGROS DEL TABACO Y
SUS PRODUCTOS DERIVADOS PARA LA SALUD
Adoptada por la 40ª Asamblea Médica Mundial, Viena, Austria, Septiembre 1988
y enmendada por la 49ª Asamblea General de la AMM, Hamburgo, Alemania,
Noviembre 1997
y la 58ª Asamblea General de la AMM, Copenhague, Dinamarca, Octubre 2007
y la 62ª Asamblea General de la AMM, Montevideo, Uruguay, Octubre 2011
INTRODUCCIÓN
Más de uno de cada tres adultos en el mundo (más de mil cien millones de gente) fuma,
80% de ellos viven en países con ingresos bajos o medios. Fumar u otras formas de con-
sumo de tabaco afecta cada órgano en el cuerpo y son las principales causas de cáncer,
enfermedades al corazón, infartos, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, daño fetal y
muchas otras condiciones. Cada año en el mundo se producen cinco millones de muertes
por consumo de tabaco. Si los índices de tabaquismo continúan así causarán más de 10
millones de muertes cada año en 2020 y el 70% se producirán en los países en desarrollo.
El consumo de tabaco produjo 100 millones de muertos en el siglo 20 y matará a mil mil-
lones de personas en el siglo 21, a menos que se implementen intervenciones eficaces. Ade-
más, el humo ajeno, que contiene más de 4000 químicos, incluidos más de 50 carcinóge-
nos y muchas otras toxinas, produce cáncer al pulmón, enfermedades del corazón y otras
enfermedades en las personas que no fuman.
La comunidad mundial de salud pública, a través de la Organización Mundial de la Salud
(OMS), ha expresado mucha preocupación por las tendencias alarmantes en el consumo de
tabaco y las enfermedades que se le atribuyen. Al 20 de septiembre de 2007, 150 países
han ratificado el Convenio Marco para el Control del Tabaco (FCTC), que prevé que los
países que lo han ratificado tomen serias medidas contra el consumo de tabaco a través del
aumento de impuestos al tabaco, prohibición de publicidad y promoción del tabaco, prohi-
bición de fumar en lugares públicos y lugares de trabajo, implementación de advertencias
para la salud eficaces en los envoltorios de tabaco, mejoramiento al acceso a tratamientos
y medicamentos para dejar de fumar, regulación de contenidos y emisiones de productos
de tabaco y eliminación del comercio ilegal de productos de tabaco.
La exposición al humo del tabaco de otros se produce en todo lugar donde está permitido
fumar: el hogar, los lugares de trabajo y otros sitios públicos. Según la OMS, alrededor de
200.000 trabajadores mueren cada año por exposición al tabaquismo en el trabajo y cerca
de 700 millones de niños, como la mitad del total en el mundo, respiran aire contaminado
por el humo del tabaco, en especial en sus hogares. Basada en la evidencia de tres com-
pletos informes recientes (the International Agency for Research on Cancer’s Monograph
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83, Tobacco Smoke and Involuntary Smoking; the United States Surgeon General’s Report
on The Health Consequences of Involuntary Exposure to Tobacco Smoke; and the Califor-
nia Environmental Protection Agency’s Proposed Identification of Environmental Tobacco
Smoke as a Toxic Air Contaminant) el 29 de mayo de 2007, la OMS hizo un llamamiento
mundial para la prohibición de fumar en el trabajo y en lugares públicos cerrados.
La industria del tabaco afirma que está comprometida a determinar la verdad científica
sobre los efectos del tabaco para la salud, con la realización de investigación interna y ex-
terna, a través de programas de la industria financiados en forma conjunta. Sin embargo, la
industria ha negado, retenido y ocultado consistentemente información sobre los pernicio-
sos efectos del consumo de tabaco. Durante muchos años, la industria ha afirmado que no
existían pruebas concluyentes que demuestren que el consumo de tabaco causa enfermeda-
des como el cáncer y las dolencias cardíacas. También ha afirmado que la nicotina no es
adictiva. Estas afirmaciones han sido refutadas repetidas veces por toda la profesión mé-
dica, que por esto está resueltamente opuesta a las campañas masivas de publicidad reali-
zadas por la industria y cree firmemente que las asociaciones médicas deben tener un
papel firme de liderazgo en la campaña contra el tabaco.
La industria del tabaco y sus subsidiarios han apoyado durante muchos años la investiga-
ción y la preparación de informes sobre los diversos aspectos del tabaco y la salud. Al
participar en estas actividades, los investigadores o sus organizaciones dan a la industria
del tabaco una apariencia de credibilidad, incluso en los casos donde la industria no puede
utilizar los resultados directamente en su comercialización. Dicha participación también
crea conflictos de intereses con los objetivos de la promoción de la salud.
RECOMENDACIONES

La AMM exhorta a las asociaciones médicas nacionales y a todos los médicos a tomar las
siguientes medidas para ayudar a disminuir los peligros para la salud que resultan del con-
sumo de tabaco:
1. Adoptar una posición contra el tabaquismo y el consumo de tabaco y dar
publicidad a dicha política.
2. Prohibir fumar en todas las reuniones de negocios, sociales, científicas y ceremo-
niales de la Asociación Médica Nacional, de acuerdo con la decisión de la Asocia-
ción Médica Mundial de imponer una prohibición similar en sus propias reuniones.
3. Desarrollar, apoyar y participar en programas para educar a la profesión y al pú-
blico sobre los peligros del consumo de tabaco (incluida la adicción) y exposición
al humo ajeno. Los programas destinados a convencer y ayudar a los fumadores y
a los que consumen tabaco sin producir humo a dejar de utilizar productos de
tabaco y los programas para no fumadores y los que no usan productos de tabaco
desti-nados a evitarlos son ambos importantes.
4. Estimular a cada médico para que sea un modelo de comportamiento (al no con-
sumir tabaco) y portavoz de la campaña para educar al público sobre los efectos
nocivos del tabaco para la salud y los beneficios de dejar de fumar. Pedir a todas
las escuelas de medicina, instituciones de investigación biomédica, hospitales y a
las instituciones de salud que prohíban fumar en sus recintos.
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Peligros del Tabaco para la Salud
5. Introducir o reforzar programas educacionales para estudiantes de medicina y
médi-cos, a fin de prepararlos para identificar y tratar la dependencia del tabaco en
sus pacientes.
6. Apoyar un amplio acceso al tratamiento para la dependencia del tabaco basado en
evidencia, incluido el asesoramiento y la farmacoterapia, a través de encuentros
individuales con los pacientes, clases, líneas telefónicas, servicios en Internet para
dejar el tabaco y otros medios apropiados.
7. Elaborar o confirmar normas de práctica clínica sobre el tratamiento del consumo y
dependencia del tabaco.
8. Unirse a la AMM para exhortar a la Organización Mundial de la Salud a agregar
medicamentos para dejar el tabaco con eficacia establecida a la Lista Modelo de la
OMS de Medicamentos Mínimos.
9. No aceptar ningún financiamiento o material educativo de la industria del tabaco y
exhortar a las escuelas de medicina, instituciones de investigación e investigadores
a hacer lo mismo, a fin de no dar ninguna credibilidad a esta industria.
10. Instar a los gobiernos nacionales a ratificar e implementar totalmente el Convenio
Marco para el Control del Tabaco, a fin de proteger la salud pública.
11. Expresarse en contra del cambio de enfoque de la comercialización de tabaco de
países desarrollados a los menos desarrollados e instar a los gobiernos a hacer lo
mismo.
12. Defender la promulgación y el cumplimiento de leyes que:
• incluyan una regulación completa de la fabricación, venta, distribución y pro-
moción de tabaco y sus productos derivados, incluidas las disposiciones especí-
ficas enumeradas a continuación.
• exijan que se incluyan advertencias escritas y fotográficas sobre los peligros
para la salud en todos los envases en que se venda tabaco y sus productos deri-
vados y en toda la publicidad en favor del consumo de tabaco. Estas adver-
tencias deben ser grandes y a los interesados en dejar de fumar o consumir pro-
ductos derivados del tabaco deben comunicar teléfonos, sitios en Internet u otras
fuentes de asistencia.
• prohíban fumar en todos los lugares públicos cerrados (incluidos los estable-
cimientos de salud, colegios y establecimientos educacionales), lugares de tra-
bajo (incluidos restaurantes, bares y clubes nocturnos) y transporte público. Los
centros de tratamiento de dependencia química y de salud mental también deben
estar libres de tabaco. No se debe permitir fumar en las cárceles.
• prohíban toda publicidad y promoción de tabaco y sus productos derivados.
• insten la creación de legislación sobre los paquetes neutros.
• prohíban la venta, distribución y accesibilidad a cigarrillos o al tabaco a niños o
adolescentes. Prohíban la producción, distribución y venta de dulces que repre-
senten o parezcan productos de tabaco.
• prohíban fumar en todos los vuelos nacionales e internacionales de aerolíneas
comerciales y prohíban la venta libre de impuesto de tabaco en los aeropuertos y
en todos los otros lugares.
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• prohíban todos los subsidios gubernamentales al tabaco y sus derivados.
• subvencionen la investigación sobre la incidencia del consumo de tabaco y sus
productos derivados y su efecto sobre la salud de la población.
• prohíban la promoción, distribución y venta de cualquier nuevo producto que
contenga tabaco y que no exista actualmente.
• aumenten los impuestos al tabaco, utilizando las ganancias para programas de
prevención, programas y servicios para dejar de fumar basados en evidencia y
otras medidas de salud.
• disminuyan o eliminen el comercio ilegal de tabaco y la venta de tabaco de con-
trabando.
• ayuden a los agricultores con plantaciones de tabaco a cambiarse a otros culti-
vos.
• insten a los gobiernos a excluir el tabaco de los acuerdos comerciales interna-
cionales.
13. Reconocer que el consumo de tabaco puede producir una enfermedad de pediatría
por el daño que produce a los niños y la exposición al humo de los cigarrillos, la
relación del consumo de tabaco en niños y la exposición al tabaco consumido por
los adultos y la existencia de intervenciones eficaces para disminuir el consumo de
tabaco. Los médicos deben hacer un esfuerzo especial para:
• Ofrecer a los niños un entorno sin humo de tabaco.
• Interpelar a los padres fumadores para realizar intervenciones de cesación del
tabaco.
• Promover programas que contribuyan a la prevención y disminución del con-
sumo de tabaco en los jóvenes.
• Controlar el acceso y la comercialización de los productos de tabaco y
• Dar una alta prioridad a la investigación sobre el control del tabaco en los niños.
14. Negarse a invertir en compañías o firmas que produzcan o promuevan el consumo
o la venta de tabaco.
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