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Asociación Médica Mundial ⏐ S-2012-06-2012
Manual de Políticas de la AMM
DECLARACIÓN DE LA AMM
SOBRE
LA VIOLENCIA EN EL SECTOR DE LA
SALUD DE PARTE DE LOS PACIENTES Y SUS CERCANOS
Adoptada por la 63a
Asamblea General de la AMM, Bangkok, Tailandia, Octubre 2012
INTRODUCCIÓN
Todas las personas tienen derecho a trabajar en un entorno seguro, sin la amenaza de la
violencia. La violencia en el lugar de trabajo incluye la violencia física y no física (psi-
cológica). Dado que el abuso no físico, como el acoso y amenazas, puede tener graves
consecuencias psicológicas, se debe utilizar una definición general de la violencia en el
lugar de trabajo. En esta Declaración utilizaremos la definición más aceptada de violencia
en el lugar de trabajo utilizada por la OMS: «El uso deliberado del poder, en grado de
amenaza o efectivo, contra otra persona o un grupo en el lugar del trabajo, que cause o
tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastorno del
desarrollo o privaciones».
La violencia, además de los numerosos efectos que puede tener para la salud de las víc-
timas, también tiene potencialmente efectos sociales destructivos. La violencia contra el
personal de la salud incluidos los médicos, no sólo afecta a las personas directamente
involucradas es particularmente insidiosa, sino que tiene un impacto en todo el sistema de
salud y sus prestaciones. Estos actos de violencia afectan la calidad del ambiente de tra-
bajo y por lo tanto tiene el potencial de un impacto perjudicial para la calidad de la aten-
ción recibida por los pacientes. Además, la violencia puede afectar la disponibilidad de la
atención, en las regiones más pobres.
Aunque la violencia en el lugar de trabajo es sin dudas un problema global, se deben to-
mar en cuenta las diferencias culturales entre los países, a fin de comprender con precisión
el concepto de violencia a nivel universal. Existen importantes diferencias sobre lo que
constituye la violencia y qué formas específicas de violencia en el lugar de trabajo es muy
probable que ocurran. Es conocido ampliamente que las amenazas y otras formas de
violencia psicológica son más frecuentes que la violencia física. Las razones y las causas
de la violencia en el marco de la salud son extremadamente complejas.
Varios estudios han identificado las causas más comunes que originan actos de violencia
en el sector de la salud, como la espera para recibir tratamiento y la insatisfacción del tra-
tamiento proporcionado1
. Además, los pacientes pueden tener un comportamiento agresivo
debido a su estado de salud o a los medicamentos que toman o consumo de alcohol y otras
drogas. Otro ejemplo importante es que las personas pueden amenazar o perpetrar violencia
física contra el personal de la salud porque se oponen, en base a sus creencias sociales,
políticas o religiosas, a un área específica de la práctica médica.
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Es necesario un enfoque multifacético que cubra las áreas de legislación, seguridad, re-
copilación de información, formación, factores ambientales, conciencia pública e incen-
tivos financieros para abordar el tema de la violencia en el sector de la salud.
Además, la colaboración entre los diferentes actores (incluidos el gobierno, asociaciones
médicas nacionales (AMNs), hospital, servicios de salud generales, administración, com-
pañías de seguro, preparadores y preceptores, investigadores, policía y las autoridades
legales) es más eficaz que los esfuerzos individuales de una sola parte. Las AMNs, como
representantes de los médicos, deben cumplir una función activa en el combate de la
violencia en el sector de la salud, también deben instar a otros actores clave a tomar medi-
das y así restablecer más la calidad del ambiente de trabajo para los empleados de la salud
y calidad de la atención de los pacientes.
Este enfoque de colaboración para hacer frente a la violencia en el sector de la salud debe
ser promovido en todo el mundo.
RECOMENDACIONES
La AMM insta a las asociaciones médicas nacionales (AMNs) a tomar medidas en las
siguientes áreas:
Estrategia – Las AMNs deben instar a las instituciones de salud a elaborar e imple-
mentar un protocolo para enfrentar los actos de violencia. El protocolo debe incluir lo
siguiente:
• Política de tolerancia cero para la violencia en el trabajo.
• Definición universal de la violencia en el lugar de trabajo.
• Un plan predeterminado para mantener la seguridad en el lugar de trabajo.
• Un plan de acción designado para uso de los profesionales de la salud cuando ocurra
violencia.
• Un sistema para informar y registrar los actos de violencia que puede incluir infor-
mar a las autoridades legales o policíacas.
• Un medio para asegurar que los empleados que informan sobre violencia no en-
frenten represalias
Para que este protocolo sea eficaz es necesario que la administración de las instituciones
de salud comunique y tome las medidas necesarias para asegurarse que todo el personal
conozca la estrategia.
Elaboración de políticas – Para aumentar la satisfacción de los pacientes las prioridades y
limitaciones nacionales en atención médica deben ser abordadas claramente por las insti-
tuciones de gobierno.
El Estado tiene la obligación de garantizar la seguridad de los pacientes, médicos, y otro
personal de salud. Esto incluye proporcionar un entorno físico apropiado. Por lo tanto, los
sistemas de salud deben ser diseñados para promover la seguridad del personal de la salud
y pacientes. La institución que ha tenido un acto de violencia producido por un paciente
puede necesitar seguridad extra, ya que el personal de la salud tiene el derecho de ser
protegido en el lugar de trabajo.
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Violencia en el Sector de la Salud
En algunas jurisdicciones los médicos pueden tener derecho a rechazar atender a pacientes
violentos. En esos casos, deben asegurarse que las autoridades pertinentes cuenten con
otras alternativas, a fin de resguardar la salud del paciente y su tratamiento.
Los pacientes con trastornos mentales graves o crónicos pueden tener una conducta
violenta con el personal que los atiende. Los que atienden a estos pacientes deben ser
protegidos adecuadamente.
Formación – Un elemento disuasivo clave de los actos violentos puede ser un personal
bien formado y vigilante apoyado por la administración de las instituciones de salud. Las
AMNs deben trabajar con los establecimientos de educación de pre y post grado para
asegurar que los profesionales de la salud reciban formación en lo siguiente: técnicas de
comunicación y cómo tratar a personas potencialmente violentas y situaciones de alto
riesgo, a fin de evitar incidentes de violencia. El cultivo de relaciones médico-paciente
basadas en el respeto y mutua confianza no sólo mejorará la calidad de la atención del
paciente, sino que fomentará sentimientos de seguridad, lo que tendrá como resultado un
menor riesgo de violencia.
Comunicación – Las AMNs deben trabajar con otros asociados clave para aumentar la
conciencia de la violencia en el sector de la salud. Cuando sea apropiado, deben informar
al personal de salud y al público cuando ocurran actos de violencia e instar a los médicos a
informar dichos actos de violencia a través de los canales apropiados. Además, una vez
que ha ocurrido un acto de violencia, se debe informar a la víctima los procedimientos que
se apliquen después.
Ayuda a las víctimas – Se debe proporcionar asesoramiento y apoyo médico, psicológico
y legal a los miembros del personal que hayan sido víctimas de violencia o actos de
violencia en el trabajo.
Recopilación de información – Las AMNs deben hacer lobby ante sus gobiernos o juntas
de hospitales para establecer sistemas de información apropiados que permitan al personal
de la salud informar de manera anónima y sin represalias cualquier amenaza o incidente
violento. Dicho sistema debe evaluar la cantidad, tipo y gravedad, incidentes de violencia
en una institución y lesiones. Los sistemas deben utilizarse para analizar la eficacia de las
estrategias de prevención. La información y análisis agregados deben estar disponibles
para las AMNs.
Investigación – En todos los casos de violencia debe haber alguna forma de investigación
para entender mejor las causas y ayudar a evitar la violencia futura. En algunos casos, la
investigación puede llevar a un procesamiento en los códigos civiles o penales. Los proce-
dimientos deben ser en lo posible con autoridad y no complicados para la víctima.
Seguridad – Las AMNs deben trabajar para asegurar que las medidas de seguridad ade-
0cuadas existan en todas las instituciones de salud y los actos de violencia en el sector de
la salud tengan una alta prioridad para las instituciones que aplican la ley. Se debe imple-
mentar una evaluación rutinaria del riesgo de violencia a fin de identificar qué empleos y
lugares tienen el más alto riesgo de violencia. Ejemplos de áreas de alto riesgo incluyen
los lugares de práctica general, los establecimientos de tratamiento de salud mental y las
áreas de mucho tráfico de los hospitales, incluido el departamento de urgencias.
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El riesgo de violencia puede mejorarse a través de varios medios que podrían incluir poner
guardias de seguridad en estos lugares de alto riesgo y en la entrada de los edificios, con la
instalación de cámaras de seguridad y alarmas para los profesionales de la salud y al
mantener iluminación suficiente en los lugares de trabajo para contribuir a un entorno de
vigilancia y seguridad.
Aspectos financieros – Las AMNs deben instar a sus gobiernos a destinar fondos ade-
cuados para abordar eficazmente la violencia en el sector de la salud.
1
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