S-1995-02-2006_OVS
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Manall de Politicas de la AMM
Asociación Médica Mundial S-1995-02-2006
DECLARACIÓN DE LA AMM
SOBRE
LOS PROBLEMAS ÉTICOS DE PACIENTES
CON ENFERMEDADES MENTALES
Adoptada por la 47ª Asamblea General de la AMM, Bali, Indonesia, septiembre 1995
y revisada por la 57a
Asamblea General de la AMM, Pilanesberg, Sudáfrica, octubre 2006
INTRODUCCIÓN
1. Históricamente, muchas sociedades han considerado al paciente con enfermedad
mental como una amenaza para los que lo rodean, en lugar de una persona que necesita
ayuda y atención médica. En consecuencia, por falta de tratamiento eficaz muchos
pacientes con enfermedad mental eran enviados a asilos por largos períodos o de por
vida. El objetivo del encierro en estos casos era evitar la conducta autodestructiva y
agresiva hacia otras personas.
2. En la actualidad, el progreso en la terapia psiquiátrica permite una mejor atención de
los pacientes con enfermedad mental. Medicamentos eficaces y otros tratamientos
pueden dar resultados que van de un completo alivio de los síntomas a largas
recuperaciones en pacientes más graves.
3. Los pacientes con enfermedad mental deben considerarse, tratarse y obtener el mismo
acceso a la atención médica que cualquier otro paciente. Sin embargo, con frecuencia
esto no es suficiente, puesto que los pacientes con enfermedades mentales puede que
no sepan cuando tratarse los problemas somáticos. Por lo tanto, el médico debe derivar
estos pacientes a otros médicos cuando sea necesario.
4. El médico tiene las mismas obligaciones con su paciente con enfermedad mental que
como con cualquier otro paciente.
5. Las funciones principales del médico como sanador de pacientes no debe verse
afectada al ser agente de la sociedad, excepto en casos de peligro para el público.
6. Se debe reconocer que una gran parte de los pacientes con enfermedades mentales son
tratados por médicos que no son psiquiatras. Las mismas obligaciones y limitaciones
se aplican a estos médicos.
PRINCIPIOS ÉTICOS
1. La discriminación asociada a la psiquiatría y a los enfermos mentales debe ser
eliminada. Este estigma a menudo desalienta a las personas que necesitan ayuda
psiquiátrica, lo que agrava su situación y los deja en riesgo de daño emocional o físico.
Pacientes con Enfermedades Mentales
S-1995-02-2006 Pilanesberg
2. El médico aspira a una relación terapéutica fundada en la confianza mutua. Debe
informar al paciente la naturaleza de su condición, procedimientos terapéuticos stand-
ares, (incluyendo posibles alternativas y el riesgo de cada una) y el resultado esperado
de las opciones terapéuticas disponibles.
3. Si no existe el fallo legal de incapacitado, los pacientes psiquiátricos deben ser tratados
como si fueran capacitados legalmente. Se debe respetar su opinión en las áreas donde
puede tomar decisiones legalmente, a menos que represente un serio riesgo para ellos o
para otros. Un paciente con enfermedad mental incapaz de ser autónomo legalmente
debe ser tratado como cualquier otro paciente que está temporal o permanentemente
incapacitado desde el punto de vista legal. Si un paciente no puede tomar decisiones
sobre su atención médica, se debe obtener el consentimiento de un represen-tante
autorizado, conforme a las leyes vigentes.
4. La hospitalización forzada de pacientes psiquiátricos evoca una controversia ética.
Aunque la legislación sobre la hospitalización y tratamiento forzadas varía en el
mundo, por lo general se reconoce que esta decisión de tratamiento requiere lo
siguiente: a) grave trastorno mental que impide que la persona tome sus propias
decisiones sobre el tratamiento o, b) la posibilidad de que el paciente pueda lesionarse
o lesionar a otros. Los médicos deben considerar la hospitalización obligada como
excepcional y utilizar este recurso sólo cuando sea médicamente necesario y por el
período más breve posible, según las circunstancias.
5. Cada médico debe ofrecer al paciente la mejor terapia disponible, según sus
conocimientos, y lo debe tratar con la preocupación y respeto que corresponde a todos
los seres humanos. El médico que trabaja en una institución psiquiátrica, el ejército o
una cárcel, se puede ver enfrentado a un conflicto entre sus responsabilidades hacia la
sociedad y sus responsabilidades con el paciente. La primera lealtad y deber del
médico debe ser hacia el paciente. El médico debe asegurarse que se informe al
paciente del conflicto, a fin de disminuir al mínimo los sentimientos de traición y debe
ofrecerle la oportunidad de comprender las medidas ordenadas por las autoridades
legales.
6. Se debe salvaguardar el secreto y privacidad de todos los pacientes. Cuando lo exija la
ley, el médico revelará sólo la información específica requerida y solamente a la
entidad que tiene autoridad legal para hacer dicha solicitud o demanda. Los bancos de
datos que permiten el acceso o la transferencia de información de una autoridad a otra
pueden ser utilizados, siempre que se respete el secreto médico y que dicho acceso o
transferencia cumpla plenamente con la ley vigente.
7. El médico nunca debe hacer uso de sus posibilidades profesionales para violar la
dignidad o los derechos humanos de ningún individuo o grupo y nunca debe permitir
que los deseos personales, necesidades, sentimientos, prejuicios o creencias interfieran
con el tratamiento. Tampoco el médico debe aprovechar su posición profesional o la
vulnerabilidad de un paciente para abusar de su autoridad.
RECOMENDACIÓN
1. Las asociaciones médicas nacionales deben publicar esta Declaración y utilizarla como
base para reafirmar las fundaciones éticas del tratamiento de pacientes con
enfermedades mentales.