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Manall de Politicas de la AMM
Asociación Médica Mundial S-1994-01-2006
DECLARACIÓN DE LA AMM
SOBRE
LA ETICA MÉDICA EN CASOS DE CATÁSTROFES
Adoptada por la 46ª Asamblea General de la AMM, Estocolmo, Suecia, septiembre 1994
y revisada por la 57a
Asamblea General de la AMM, Pilanesberg, Sudáfrica, octubre 2006
1. La definición de catástrofe para los objetivos de este documento se centra en especial
en los aspectos médicos.
Una catástrofe es un suceso nefasto, por lo general imprevisto y violento, que puede
producir mucha destrucción material, importante desplazamiento de población, gran
número de víctimas o significativa desorganización social. Esta definición excluye las
situaciones provocadas por conflictos y guerras, internacionales o internas, que
producen otros problemas, además de los mencionados en este documento. Del punto
de vista médico, estas situaciones van acompañadas de un desequilibrio fuerte e
imprevisto entre las posibilidades de intervención de los médicos y las necesidades de
los sobrevivientes heridos o cuya salud está amenazada, en un tiempo dado.
2. Las catástrofes, sin considerar sus causas, tienen diversos elementos en común:
a. el carácter imprevisto e inesperado que necesita una acción rápida.
b. los daños materiales o naturales que hacen difícil o peligroso el acceso a los
sobrevivientes.
c. efectos adversos para la salud, debido a la contaminación, los riesgos de epidemia
y los factores emocionales y sicológicos.
d. un contexto de inseguridad que necesita medidas policiales o militares para
mantener el orden.
e. el aspecto de los medios de comunicación.
Las catástrofes necesitan una reacción multidisciplinaria que pone en marcha
numerosos tipos de ayuda, que van desde los transportes y aprovisionamiento de
alimentos hasta la atención médica. Es posible que los médicos formen parte de
operaciones coordinadas con otros agentes, como el personal que vela por el
cumplimiento de la ley. Estas operaciones necesitan una autoridad eficaz y
centralizada que coordine las acciones públicas y privadas. Los servicios de rescate y
los médicos que se enfrentan a una situación excepcional donde la ética profesional
normal debe aplicarse a la situación, a fin de asegurar que el tratamiento de los
sobrevivientes de catástrofes corresponda a los principios éticos básicos y no se vea
Catástrofes
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influenciado por otras motivaciones. Las normas éticas definidas y enseñadas
anteriormente deben ser un complemento de la ética individual de los médicos.
Los escasos recursos médicos o la desorganización en terreno y el aumento de heridos
en poco tiempo crean desafíos éticos específicos.
Por lo tanto, la Asociación Médica Mundial recomienda los siguientes principios y
procedimientos éticos en relación a la función del médico en situaciones de catástrofe.
3. SELECCIÓN
1. La selección es una medida médica de dar prioridades en el tratamiento y
administración basados en un diagnóstico rápido y un pronóstico para cada
paciente. La selección debe hacerse de manera sistemática, tomando en cuenta las
necesidades médicas, posibilidades de intervención y recursos disponibles. La
reanimación y la selección deben hacerse simultáneamente. La selección de las
víctimas puede plantear un problema ético debido a la desproporción entre los
medios de tratamiento disponibles inmediatamente y la gran cantidad de víctimas
con distintos grados de gravedad
2. Idealmente, la selección debe entonces confiarse a médicos o equipos de médicos
experimentados, autorizados, asistidos por un personal competente.
3. El médico debe separar a los pacientes en categorías y luego atenderlos en el
siguiente orden, con respeto por las normas nacionales:
a. los pacientes recuperables en peligro de muerte deben ser atendidos de
inmediato o cuyo tratamiento debe asegurarse en prioridad en las horas
siguientes.
b. los pacientes que no tienen la vida en peligro inmediato y que necesitan
atención urgente, pero no inmediata, deben ser tratados después.
c. los heridos leves que sólo necesitan atención simple pueden ser atendidos
después o por personal de rescate.
d. las personas en estado de shock que no necesitan tratamiento por lesiones
físicas, pero que necesitan recuperarse o tomar un sedante, en caso que estén
muy afectadas.
e. los pacientes que necesitan más recursos terapéuticos que los disponibles y
que sufren de lesiones muy graves, como radiaciones y quemaduras generales
en grado irrecuperable o casos quirúrgicos complejos que necesitan una opera-
ción muy delicada y prolongada, lo que obliga a que el médico realice una
selección entre los pacientes. Estos pacientes pueden ser clasificados como
casos de «urgencias sobrepasadas».
f. Como los casos pueden evolucionar y cambiar de categoría, es indispensable
que la persona a cargo de la selección realice una evaluación regular.
4. Los siguientes puntos se aplican al tratamiento de urgencias sobrepasadas:
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a. Es una actitud ética para el médico no insistir a cualquier costo y tratar a
personas en urgencias sobrepasadas y así desperdiciar recursos escasos
necesarios para otras víctimas. La decisión de no tratar a una persona herida,
por las priorodades que establece la catástrofe, no puede ser considerada como
una falta en la ayuda a una persona en peligro de muerte. Es justificado cuando
se intenta salvar la máxima cantidad de personas. Sin embargo, el médico debe
tener compasión por esos pacientes, ayudarlos y respetar su dignidad, por ejem-
plo, aislándolos y dándoles calmantes apropiados.
b. El médico debe actuar conforme a las necesidades de los pacientes y a los re-
cursos disponibles. El médico debe organizar sus prioridades para tratamientos
que salven el máximo de vidas y limitar la morbilidad al mínimo.
4. RELACIONES CON LOS PACIENTES
1. Al seleccionar a los pacientes que pueden ser salvados, el médico debe considerar
sólo el estado médico y no debe tomar en cuenta ninguna consideración basada en
criterios no médicos.
2. Los sobrevivientes de una catástrofe tienen derecho al mismo respeto que otros
pacientes y el tratamiento más apropiado disponible debe ser aplicado con el con-
sentimiento del paciente. Sin embargo, debe reconocerse que en una catástrofe
puede no haber suficiente tiempo para que el consentimiento informado sea una
posibilidad realista.
5. CONSECUENCIAS DE UNA CATÁSTROFE
1. Después de una catástrofe se deben considerar las necesidades de los
sobrevivientes. Muchos pueden haber perdido a familiares y pueden sufrir lesiones
sicológicas. La dignidad de los sobrevivientes y de sus familias debe ser respetada.
2. El médico debe respetar las costumbres, ritos y religión de los pacientes y
mantener su imparcialidad.
3. Si es posible, se debe informar sobre las dificultades en terreno y la identificación
de los pacientes para hacer un seguimiento médico.
6. MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y TERCEROS
El médico tiene el deber con su paciente de ser discreto y asegurar la confidencialidad
cuando enfrente a terceros y debe ser cauto y objetivo y actuar con dignidad en relación
al clima emocional y político que se vive en las situaciones de catástrofes. Esto implica
que el médico puede restringir la entrada de periodistas a los establecimientos de salud.
Las relaciones con los medios de comunicación siempre deben estar a cargo de
personal con formación apropiada.
7. DEBERES DEL PERSONAL MÉDICO ASISTENCIAL
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Los principios éticos que se aplican a los médicos también se aplican al personal que
está bajo la dirección del médico.
8. EDUCACIÓN
La Asociación Médica Mundial recomienda que la educación sobre la medicina de
catástrofes sea incluida en los estudios universitarios y en los currículos médicos de
los cursos de postgrado.
9. RESPONSABILIDAD
La Asociación Médica Mundial solicita a los gobiernos cubrir la responsabilidad civil
y los daños personales que puedan producir los médicos cuando prestan atención
médica en las situaciones de catástrofe o urgencia.
La AMM solicita a los gobiernos que:
a. acepten la presencia de médicos extranjeros y, cuando sea demostrablemente
calificada, su participación sin discriminación de afiliación (por ejemplo, Cruz
Roja, Creciente Rojo, CICR y otras organizaciones calificadas), raza o religión.
b. den prioridad a los servicios médicos sobre las visitas de dignatarios.