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Manall de Politicas de la AMM
Asociación Médica Mundial  S-2006-06-2006
DECLARACIÓN DE LA AMM
SOBRE
LAS RESPONSABILIDADES DE LOS MÉDICOS EN LA PREVENCIÓN
Y EL TRATAMIENTO DEL ABUSO
DE DROGAS PSICOTRÓPICAS Y OPIADAS
Adoptada por la 57a
Asamblea General de la AMM, Pilanesberg, Sudáfrica, octubre 2006
INTRODUCCIÓN
1. Las drogas opiadas y psicotrópicas son heramientas terapéuticas valiosas cuando se
utilizan de manera apropiada, cuando son indicadas médicamente, para una variedad
de síntomas y condiciones. Lamentablemente, el uso no clínico de estas substancias
adictivas es un grave problema en todo el mundo. La adicción a las drogas es un
problema social, económico y legal complejo y también una amenaza para la salud
pública y la seguridad en el planeta. Afecta a mujeres, hombres, niñas y niños de todas
las clases sociales y esferas económicas. Además de exponerse a riesgos directos para
la salud relacionados con el uso inapropiado de estas substancias, las personas adictas
a las drogas pueden tener una conducta de alto riesgo, como el compartir agujas y tener
actividad sexual sin protección, muchos recurren a acciones delictivas, como la
prostitución para financiar su cara adicción. Estos factores aumentan la transmisión de
infecciones virales, como la hepatitis B y C y el VIH/SIDA, tanto para los adictos
como para los que no se drogan. Otras consecuencias de la adicción incluye la
incapacidad de mantener un empleo o funcionar en la vida social o familiar.
2. Las ramificaciones del uso no médico de drogas, que es ilegal en la mayoría de los
países, por lo general ayuda muy poco a los adictos a liberarse de su adicción. A pesar
de los programas de drogas que existen en muchos centros correccionales, los reclusos
a menudo tienen acceso a substancias ilegales y en realidad algunos usuarios
comienzan su adicción en esos establecimientos. Por lo tanto, la sociedad y la
profesión de la salud deben abordar este tema.
3. La Asociación Médica Mundial, preocupada por el mal uso generalizado de las drogas
psicotrópicas u opiadas, insta a los médicos a dar prioridad a este problema en la
práctica de la medicina y ha elaborado las siguientes normas:
PRINCIPIOS
1. Prácticas de Prescripción Responsables
a. Los médicos deben conocer las propiedades adictivas de ciertas drogas
psicotrópicas y opiadas, que deben ser prescritas con la mayor moderación y
observando las indicaciones médicas más estrictas posibles. Los médicos deben
tomar todas las medidas necesarias para asegurarse que estén totalmente
Abuso de Drogas Psicotrópicas y Opiadas
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informados sobre los efectos de estas drogas. Esto incluye la revisión de la
investigación actualizada sobre la dosis, eficacia potencial para condiciones
específicas, posibles efectos secundarios y frecuencia del mal uso.
a. Cuando estas drogas son prescritas médicamente, su uso debe ser controlado con
cuidado para asegurarse que el paciente sigue estrictas instrucciones sobre la dosis,
frecuencia y cualquier otro factor asociado con el uso seguro de la droga
específica. Se deben tomar todas las medidas adecuadas a fin de evitar el
almacenamiento, la reventa u otro uso ilícito de la droga.
b. Los pacientes deben ser ampliamente informados de todos los efectos terapéuticos
y no terapéuticos potenciales de las drogas opiadas, incluida la posibilidad de
adicción y deben tomar la decisión de usarlas. Ningún paciente debe ser forzado a
tomar una droga psicotrópica contra su voluntad.
c. Los médicos deben conocer los factores no médicos que pueden predisponer a los
pacientes a la adicción. Estos pueden incluir, entre otros, la historia familiar,
adicciones pasadas, traumas emocionales, depresión u otras condiciones mentales
y presión de los pares, en especial entre los jóvenes.
d. Los médicos deben aprender a reconocer a los «buscadores de droga», pacientes
adictos que tratan de obtener drogas psicotrópicas y opiadas bajo pretextos
médicos falsos. A menudo los buscadores de droga consultan a más de un médico
a fin de obtener varias prescripciones. En casos extremos, los buscadores de droga
pue-den dañarse para crear síntomas y obtener una prescripción. Todas las
condiciones y síntomas de un paciente deben verificarse clínicamente, hasta donde
sea posible, y deben mantenerse registros meticulosos sobre el historial de
medicamentos de los pacientes.
e. Cuando los médicos prescriban substancias psicotrópicas u opiadas a menores,
deben asegurarse que los padres o responsables del paciente sean informados del
posible mal uso de la droga e instarlos a vigilar al niño para estar seguros que se
siguen las instrucciones del médico. Se debe informar a los padres o responsables
que en algunos países es cada vez más habitual que los niños vendan las drogas a
sus pares.
2. Terapia sin fármacos para los adictos a drogas opiadas y psicotrópicas
a. Los médicos deben conocer todas las opciones de tratamiento sin fármacos para
los adictos a las drogas opiadas y psicotrópicas, incluidos los programas con
hospitalización y ambulatorios y las comunidades terapéuticas, en las que los
adictos que se recuperan viven en un entorno sin drogas. La mayoría de los
programas de tratamiento están enfocados en interrumpir el ciclo de dependencia
de la droga a través de la desintoxicación, consejos – incluido el apoyo constante
de los pares – y una abstinencia permanente del uso de toda substancia adictiva
opiada o psicotrópica, incluido el alcohol. Algunos ofrecen programas
educacionales o vocacionales para facilitar una reintegración exitosa en la vida
comunitaria.
b. Los médicos deben instar a sus pacientes a participar en programas de tratamiento
de drogas en la etapa más temprana posible de la adicción.
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c. Se debe hacer todo lo posible para respetar la dignidad y la autonomía de los
pacientes adictos. El tratamiento involuntario de las personas adictas en
establecimientos debe ser el último recurso, conforme a las normas establecidas y,
donde corresponda, a la legislación nacional.
3. Terapia con drogas substitutas para los adictos a las drogas opiadas
a. En algunos casos, las personas adictas a las drogas opiadas pueden ser tratadas con
drogas substitutas, que alivian los síntomas de retiro y ansiedad por las substancias
adictivas sin producir la «subida» asociada a las opiadas. El objetivo del
tratamiento con drogas substitutas es el término inmediato del uso de las drogas
opiadas y por último, desacostumbrar al paciente de la droga substituta.
b. La terapia con drogas substitutas puede ayudar al paciente dependiente de opiados
a funcionar en su entorno normal y actividades mientras se esfuerza por vencer la
adicción a los opiados. Sin embargo, siempre debe ser parte de un enfoque
multidisciplinario que incluya elementos probados de tratamiento sin fármacos,
como los consejos y el apoyo de los pares.
c. La terapia con drogas substitutas debe ser aplicada conforme a las normas
establecidas basadas en evidencia y supervisada por médicos con formación
especial junto a un equipo de apoyo apropiado.
4. Conocimientos y Políticas
a. Las asociaciones médicas nacionales (AMNs) deben participar en los esfuerzos a
distintos niveles nacionales para dar a conocer los riesgos que implica el abuso de
las drogas opiadas y psicotrópicas y para asegurar la disponibilidad de opciones
apropiadas de tratamiento para las personas adictas. Las AMNs deben instar a sus
miembros a tomar parte en programas similares en la comunidad.
b. Las AMNs deben promover programas apropiados de prevención de drogas en
todos los niveles del sistema educacional y reconocer que el consumo de drogas
es cada vez más frecuente entre los jóvenes.
c. Las AMNs y los médicos deben participar en la elaboración de normas basadas en
evidencia que sirvan de apoyo a un enfoque multidisciplinario del tratamiento de
la drogadicción.
d. Las AMNs deben participar en la eleboración de procedimientos legales relativos
al uso de drogas ilegales para asegurarse que las personas adictas sean reconocidas
como que tienen derecho a recibir una atención médica y de rehabilitación
apropiada, incluidas las instituciones correccionales.
CONCLUSIÓN
1. Los médicos tienen una función importante que cumplir en la lucha contra la
drogadicción, como médicos y también como defensores del tratamiento, los derechos
y la dinidad de las personas adictas a estas substancias peligrosas. El tratamiento de la
adicción, al igual que el tratamiento de cualquier enfermedad o condición, se debe
efectuar en el mejor interés del paciente y conforme a los principios de ética médica
establecidos.